No existe otro animal de compañía como el periquito. De bonitos colores, vivaz, juguetón y muy divertido. Además, le puedes enseñar a hablar. No hay otro pájaro que nos cautive con tanta fuerza. En CurioSfera-Animales.com, te explicamos todo sobre los periquitos.
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De dónde es originario el periquito
El país de origen del periquito es Australia. En dicho punto se agrupa con millares de ejemplares de su propia especie para formar grandes bandadas migratorias. Nidifica dos veces al año, en primavera y en otoño. En su hábitat natural se alimenta de plantas silvestres, de sus semillas y de los matojos que crecen en las extensas llanuras secas.
Su número llegaba a varios millones cuando fue visto y descrito por primera vez por dos exploradores naturalistas ingleses, Shaw y Gould. Por todo ello, se les conoce comúnmente con el nombre de periquito australiano, pero también en algunos países, cotorra australiana o cata australiana, y en menor medida periquitos del amor.
Por qué se llaman periquitos
El término “periquito” no es más que la traducción de una versión inglesa de la palabra francesa perroquette que significa “loro pequeño”. Los nombres descriptivos “cebrado” y “ondulado” se refieren a las distintas formas adoptadas por el jaspeado de su plumaje, es decir, un conjunto listas o dibujo conquiforme de tonalidad negra que cruzan su cabeza, cuello y alas.
“Budgerigar” es la forma inglesa del nombre que los aborígenes de Australia daban al pájaro, es decir, “betcherrygar”, el cual cabe traducir, en forma más o menos libre, como “bello objeto comestible”. Es ciertamente una traducción libre ya que otros conceden a los aborígenes una mayor sensibilidad con relación a la belleza y sostienen que el término significa “pájaro bello”.
Esta ave exótica de reducido tamaño, apenas algo mayor que un pinzón, miembro de bello colorido de la familia de los loros, ha recibido múltiples nombres. Los científicos lo conocen como Melopsittacus undulatus pero la gran variedad de nombres populares con que ha sido conocido a través de los años ha dado lugar a innumerables confusiones. Entre ellos, y solo para citar un par, tenemos los de periquito campestre cebrado u ondulado. También loro canario.
En Gran Bretaña y asimismo por parte de muchos aficionados americanos se le da el nombre de “budgerigar” o “budgie”. Solo hay un nombre que en modo alguno le corresponde: el de inseparable, si bien es el que durante muchos años se le dio en forma totalmente equivocada. Hoy en día el nombre de “inseparable” queda reservado para un pájaro africano (los agapornis), de complexión más robusta que el periquito, y cuya cola es más bien corta y achaparrada.
Qué te aporta un periquito
¿Podemos imaginarnos el que un pájaro más bien diminuto se convierta en un miembro de la familia? ¡Pues es cierto y tendremos ocasión de comprobarlo!. Acudirá a nuestro lado a la hora del café, del almuerzo o la cena. Se entrometerá en nuestras conversaciones telefónicas. También, se posará sobre nuestro hombro y mirará la televisión. Y, se colocará sobre la cabeza de nuestro perro mientras éste va de un lado para otro y hará lo propio con nosotros.
Admirará durante horas su propia imagen reflejada en un espejo. ¡Adora la compañía y quienes la componen le adoran a él! Muchas personas adquieren un compañero para su periquito. “Necesita un amigo” dicen. De hecho, creemos que lo que estas personas realmente necesitan es otro periquito. ¿Podemos criticarlas por ello? Pues claro que no.
Las semillas que se les suministran son objeto de una cuidadosa preparación, no solo para cubrir sus necesidades nutritivas, sino también para dar satisfacción a su exigente paladar. Se construyen, expresamente para su uso exclusivo, elementos y juguetes varios.
Sus jaulas son diseñadas por expertos. Sus medicamentos son preparados por personal médico calificado. Se lanzan al mercado grabaciones para estimular su capacidad habladora. Se constituyen asociaciones de aficionados y se escriben blogs sobre periquitos. Y todo ello, como consecuencia del hecho de que son muchos los que sienten una atracción irresistible hacia este pájaro pequeño y encantador.
¿Qué otro pájaro de tan reducido tamaño constituye una fuerza económica de capacidad dinámica similar? ¿Y por qué no ha de ser así? Al igual que ocurre con cualquier otra mascota o animal de compañía, nuestro periquito es un fiel reflejo de su entorno. Hagamos que su existencia sea feliz y sana, y nos recompensará con innumerables horas de alegría y placer.
Por qué son tan apreciados los periquitos
Una vista a las estadísticas referentes a la tenencia de animales de compañía muestra lo apreciados que son los periquitos como “compañeros de casa”. ¿Qué es lo que habla en favor de tener un animal doméstico y, especialmente, un periquito? Con toda seguridad, una razón importante estriba en que el hombre se aleja cada vez más de la naturaleza y se interna en un entorno hostil a la vida e industrializado.
Teniendo un pájaro u otro animal de compañía, el hombre trata de salvar este abismo. De entre los animales de compañía está indicado, sobre todo en viviendas pequeñas, tener un pájaro (y el periquito es, desde siempre, el favorito), cuidado con éxito por millones de personas.
Además, con frecuencia no se tiene un solo ejemplar en una jaula de interior, sino que la mayoría de las veces se encuentran varios periquitos de las más diversas variedades cromáticas tanto en pajareras de interior como de jardín.
De esta manera también tienen lugar crías en cautividad de menor o mayor envergadura. Puedo asegurarle que esta afición le entusiasmará y que en el futuro no tendrá problema alguno en llenar sus ratos de ocio. Muchos criadores y aficionados dicen que cuando se ocupan de los periquitos olvidan rápidamente el estrés de la vida cotidiana.
De qué se alimentan los periquitos
La alimentación de estos lindos pájaros de colores se basa principalmente en las semillas de alpiste, mijo, trigo y avena. Habitualmente se adquieren en los establecimientos dedicados a las mascotas o aves unos preparados ya mezclado ideales para los periquitos. También se pueden adquirir por Internet, por ejemplo aquí.
Por otro lado, tan importante como la comida de periquitos es el agua. Deben tener siempre y en todo momento abundante agua limpia y fresca. Se debe cambiar con asiduidad y siempre se debe procurar que su bebedero esté completamente limpio.
Pero esto no es lo único que come el periquito, le agrada mucho la verdura y la fruta. En este caso, la lechuga parece ser la que más acepta, pero se le debe administrar en pequeñas cantidades ya que al contener mucho agua podría tener problemas estomacales.
Es recomendable darles alimentos como acelgas, espinacas o zanahorias. Son ricos en vitamina A, que es fundamental para mantenerse con salud y crecer adecuadamente. En cuanto a la fruta se le puede dar plátano o manzana, aunque con esta última sucede lo mismo que con la lechuga (tiene mucho agua).
En la dieta de los periquitos debe haber un aporte de yodo y calcio. Lo podemos encontrar a la venta en tiendas de animales especializadas o en Internet. Otros alimentos que pueden ingerir son el arroz cocinado, la pasta o el pan. Puntualmente, muy de vez en cuando y en cantidades pequeñas, se les puede dar también carne cocida, huevos y queso. Te presente que cuando comen semillas, dejan las cáscaras y se alimentan con el interior. Por lo que si ves el comedero lleno, asegúrate que no sean cáscaras vacías.
En cuanto a las cosas prohibidas de comer para estas aves exóticas. NUNCA le des comida de tu boca a un periquito. La saliva de los humanos contiene una bacteria que resulta tóxica para ellos y puede ocasionarles problemas de salud a tu mascota. También existen una serie de alimentos para periquitos a evitar. La comida salada, el alcohol y el chocolate NO se les puede dar de comer a un periquito.
Antes de comprar un periquito
Antes de decidirse por tener uno o varios periquitos, o incluso empezar una cría, hay que tener claro que se carga con una gran responsabilidad hacia uno o más seres vivos, cosa que no se puede hacer “con la mano izquierda” o a medias.
Y en modo alguno se pueden cosechar riquezas con la cría de periquitos -tanto si se hace con fines comerciales como con vistas a una exposición. Al cabo de cierto tiempo pueden llegar a cubrirse los gastos del pienso con la venta de los periquitos criados en cautividad; las inversiones que se han hecho en él, que respecta a las instalaciones para la cría v el trabajo no repercutirán en la “caja”.
Antes de tomar la decisión definitiva de tener periquitos o incluso de criarlos, se deberían tener en cuenta las siguientes premisas:
- En primer lugar se plantea la cuestión de si se puede aportar el tiempo diario necesario, tanto para un solo pájaro como para una cría pequeña o grande, y si también se posee la necesaria perseverancia para el cuidado de estos animalitos.
- Después, se debería poner en claro lo que se hace con los periquitos cuando se está enfermo o no se está en casa. ¿Hay alguien de la familia, en el vecindario o entre los conocidos que se pueda ocupar de los pájaros con análogo cuidado?. ¿Se dan las condiciones de espacio idóneas (en especial para una cría) así como los medios económicos?.
- ¿Qué dice el vecindario sobre una pajarera aviario al aire libre?. Pues incluso el periquito que se considera un ave silenciosa, puede verse muy ruidoso cuando se halla en una bandada. En todo caso, antes de construir aviario al aire libre de gran tamaño, se debe comprobar la aceptación de los vecinos.
El novato en la cría de periquitos tampoco adquirirá al principio las aves más caras y es preferible que comience el mantenimiento y la cría con ejemplares más baratos, a fin de reunir la necesaria experiencia.
Eso no significa en modo alguno que un periquito barato tenga menos valor como criatura que un ejemplar reproductor caro; aquí se trata más bien del hecho de que los pájaros caros, de crías muy seleccionadas, suelen causar más problemas en la reproducción y también en cuanto a sus cuidados. Y, finalmente, uno se debería enterar de las disposiciones legales sobre el mantenimiento y la cría de periquitos. Entre ellas se cuenta el que las jaulas, instalaciones de cría, etc., sean fáciles de cuidar y limpiar.
Qué tener en cuenta al comprar un periquito
Quien se decida por tener como “vecino” un periquito individual, acudirá generalmente a una pajarería para comprar un ejemplar. Con mucha frecuencia los criadores también ofrecen a la venta pájaros jóvenes, casi siempre una selección amplia que incluye los colores más diversos. Al elegir un periquito, bien en la tienda de animales o bien en casa de un criador, hay que tener en cuenta lo siguiente:
- De ninguna manera se debe escoger un ave que esté sentada en la jaula con los ojos turbios, semicerrados y el plumaje erizado.
- Debe prestarse atención a que el plumaje esté en un estado que corresponda a la edad del animal y que las patas, pies y dedos estén formados normalmente.
- Respecto al plumaje vaya aquí otra indicación: vigile que las rémiges y las dos largas plumas de la cola estén completas, dado que, por desgracia, también se ofrecen ejemplares que carecen de todas las rémiges. Eso no es el resultado de una muda cualquiera sino, con toda seguridad, de la llamada “muda francesa» -o sea, de una enfermedad, en la cual las plumas sólo vuelven a crecer en pocos casos.
A fin de poder evaluar el estado de su cuerpo, hay que coger el pájaro en la mano. Ha de presentar el pecho “lleno” y estar bien alimentado. Si la quilla o esternón sobresale mucho, el pájaro está flaco; en los menos casos eso se debe a una mala alimentación; casi siempre señal de una enfermedad interna.
El plumaje que rodea el ano ha de estar limpio y sin excrementos adheridos. Se puede controlar mejor si se toma al pájaro en la mano, un, el vientre hacia arriba. Soplando sobre el plumaje que rodea el ano se hace visible la piel, que no debe estar enrojecida. Si lo está en esta zona, puede deberse a una inflamación abdominal.
Colores de periquitos
El color del periquito silvestre, tal como existe en Australia, es el verde pálido con la cabeza de tonalidad amarilla (“un rostro descaradamente amarillo” como dijo un escritor) y pintas negras y amarillentas, similares al dibujo de una concha, en las alas.
En cautividad se ha conseguido criar periquitos de color verde, amarillo, azul, blanco, gris, violeta y en cualquier matiz y combinación de todos ellos. En el momento de escribir esta información, se elevan a más de 70 los colores reconocidos, siendo numerosos los que todavía no lo han sido debido a que no tienen como origen una “cría pura”, es decir, la descendencia no parece ajustarse a las leyes mendelianas aceptadas.
Todos estos colores derivan del verde del ejemplar original, habiendo sido las variaciones inesperadas del mismo debidamente anotadas por los criadores y fijadas a través de una cría selectiva de acuerdo con las leyes de la herencia.
Todos los colores aparecidos hasta ahora son resultado de combinaciones de pigmentos amarillos y negros y un efecto azul, el cual no es en realidad un pigmento auténtico. Esta es la razón por la cual todavía no hemos tenido ocasión de ver un periquito rojo o rosado, si bien no es en modo alguno imposible el que algún día haga su aparición un mutante rojo.
A este respecto cabe señalar, por ejemplo, que después de muchos años, un día se descubrió que el canario podía ser cruzado con éxito con un pinzón rojo de América del Sur pero hasta este momento no se ha encontrado ningún pájaro de plumaje rojo y estrechamente emparentado con el periquito que sea lo suficientemente pequeño como para aparearlo con él.
Algunos de los nuevos colores son los alas grises, canela, lutino, albino, opalino, mantequilla, azul y rostro amarillo, gamuza, violeta y malva. Los colores se presentan en las estructuras básicas siguientes: normal, opalino, arco iris y arlequinado (esta lista no es en modo alguno completa).
Sin embargo, y al parecer, el que podría designarse como comprador “promedio” de periquitos muestra preferencia por los colores más corrientes. Lo cual viene corroborado por el hecho de que, por ejemplo, el departamento de animales de compañía de unos grandes almacenes descubriera que la primera preferencia de sus clientes se inclinaba por el azul, después por el verde y por último por el amarillo, quedando el resto de colores muy por detrás de los indicados.
Cómo se reconocen los periquitos recién salidos del nido
Es aconsejable y recomendable adquirir un periquito que haya abandonado el nido desde hace unos días, o sea, que tenga de 5 a 6 semanas de edad. Un pájaro de esta edad se acostumbra muy deprisa a su cuidador y en la mayoría de casos no tarda en volverse manso.
El plumaje juvenil de los periquitos de dibujo normal muestra en la parte anterior de la cabeza y en la frente un dibujo ondulado claramente marcado, que llega hasta la raíz del pico. Estas ondulaciones desaparecen tras la primera muda.
Diferenciación de los sexos en los pájaros jóvenes
En los periquitos jóvenes los sexos se pueden distinguir por el color de la cera nasal. Para un profano eso no siempre es fácil. La cera de los machos es de color rosa azulado, de aspecto mate. Las hembras recién salidas del nido la tienen de color blanco azulado. La característica más clara de una hembra recién salida del nido es el anillo claro que tiene alrededor de cada orificio nasal.
Aclimatación del periquito
Al comprar un pájaro joven para alojarlo individualmente, hay que tener en cuenta que ya haya abandonado el nido unos días antes que haya estado alojado en una jaula junto a otros pájaros de su misma edad.
Un ejemplar joven, que provenga directamente del nido, siempre procurará esconderse en su nuevo entorno. Intentará meter su cabeza en un rincón de la jaula y apretar su cuerpo contra el suelo. Eso no debe preocuparnos. Durante los primeros días dejaremos en paz al pájaro y, además del comedero lleno, también le pondremos algo de pienso sobre el suelo e jaula. Incluso un pájaro joven que al principio se comporte de manera asustadiza, habrá perdido su miedo al cabo dos días.
La “vivienda” del periquito
Como para todas las psitaciformes también para los periquitos hay que utilizar una jaula metálica, dado que una de madera resultaría destrozada muy rápidamente a causa del instinto de roer que tienen los periquitos. En el comercio hay las formas y modelos más diversos de jaulas para periquitos. No es aconsejable comprar sólo por la vista y elegir la jaula más bonita -en cualquier caso hay que tener en cuenta algunas premisas importantes.
Así, la bandeja debe ser lo suficientemente alta o la jaula debe disponer de cristales que se viertan al exterior arena y granos. También es importante que la jaula disponga de un cierre seguro, ya que el periquito emprendedor buscará en cualquier caso la manera de abrirla.
De todos modos, la puerta debe estar instalada de tal manera que se pueda fijar por la parte superior, a fin de que no se abra por sí sola al manipularla imprudentemente. Puesto que al periquito ondulado, al igual que a los demás pericos y cotorritas, le gusta trepar, es aconsejable que los barrotes de la jaula sean horizontales.
Aunque las jaulas redondas son bonitas, a la larga no son aconsejables para un pájaro. El ave debe tener la oportunidad de poderse retirar a un rincón en situaciones de estrés, ya que allí tiene la sensación de estar seguro y a salvo.
Antaño, la mayoría de jaulas estaban cromadas. Hoy en día, los barrotes de la jaula están lacados en la mayoría de casos. Aunque quizá una jaula parda o negra no tenga un aspecto tan bonito como una brillante, deberíamos recordar que en una jaula así el pájaro destaca mejor. Recuerde siempre que el periquito debe ser la “joya” de su habitación y no la jaula.
Tamaño de la jaula del periquito
Quien aloje en su casa un solo periquito se esforzará en que se vuelva lo más manso posible. Pero también un pájaro así necesita, por lo menos a ratos, poder volar libremente por la habitación. En este caso, la jaula sólo le sirve de “refugio”, y no es necesario que sea muy grande. De todos modos, por razones puramente ópticas, su longitud no debería ser inferior a los 40-50 cm.
Si deseamos alojar varios periquitos juntos en una jaula, hay que tener en cuenta que esta sea de un tamaño apropiado. Hay que mencionar que si se alojan juntos dos o más periquitos, los animales no alcanzan la confianza y mansedumbre de un ejemplar en solitario.
Periquitos en pajareras o aviarios
Otra forma de alojar periquitos es en pajareras o aviarios de interior o al aire libre. Las pajareras de interior son relativamente fáciles de construir. Por regla general ya disponemos de un suelo. Sobre este se erige el marco o de madera, recubierto en su parte interior con tela metálica.
Según sea la pared de la habitación, también es aconsejable recubrir ésta con tela metálica, de manera que los periquitos no la puedan estropear. Es necesario disponer una puerta no demasiado pequeña para que se pueda llevar a cabo sin problemas la alimentación de los animales y los trabajos de limpieza.
El suelo se cubrirá con arena. Si el suelo es de entarimado de madera y muestra grietas y resquebrajaduras, hay que colocar un revestimiento de plástico. Eso es importante dado que. de lo contrario, podrían caer a través de las tablas restos de comida que. con toda seguridad. no tardarían en atraer a los ratones o incluso a las ratas.
Es posible obtener el alojamiento ideal para los periquitos, también para el mero aficionado, si se dispone de un jardín lo suficientemente grande para construir una pajarera en él. Las medidas del aviario o aviarios se podrán fijar según la extensión de la finca. Si además se adosa a una instalación semejante una casa o recinto cubierto para que las aves puedan pasar el invierno, se habrán tenido en cuenta todas las necesidades.
Historia del periquito
El periquito fue descubierto y descrito por primera vez a principios del siglo XIX cuando dos exploradores Británicos (Gould y Shaw) escribieron en sus diarios: “más de cincuenta mil pájaros se elevaron en el espacio formando una nube de color verde y amarillo”.
No fue hasta 1840 que los ingleses tuvieron ocasión de ver el primer periquito vivo, pues antes de dicha fecha solo habían sido objeto de exhibición en museos como ejemplares raros disecados.
En 1837 Gould escribió en un libro todo lo que conocía por aquel entonces sobre el Melopsittacus undulatus (fue él quien dio al pájaro su nombre latín) y terminó diciendo: “De su nido, huevos, etc., nada se conoce”. Resulta irónico comprobar que solo después de muy pocas generaciones incluso los niños ya disponían de información de primera mano sobre los periquitos y sus hábitos de cría.
El cuñado de Gould, Charles Coxen, crió manualmente estos primeros periquitos, y muy poco después su cría en cautividad se llevó a cabo con éxito. Se creyó, por aquel entonces, que era conveniente instalarlos por parejas pues un solo ejemplar languidecería y acabaría mu- riendo. Fue por este motivo que se les dio el nombre de inseparables, y su sorprendente habilidad para imitar el habla no fue conocida hasta después de transcurrido mucho tiempo.
Ahora bien, aun cuando resultaba posible criar periquitos en cautividad, era mucho más fácil y sobre todo más barato capturar ejemplares silvestres y enviarlos por vía marítima desde Australia. Ello trajo como consecuencia una reducción tan rápida de la población que Australia finalmente aprobó una ley por la que se prohibía totalmente su exportación.
Esto, sin embargo, no creó ningún problema importante. Los periquitos criados en régimen de domesticidad son bastante superiores, tanto por lo que se refiere a tamaño como a coloración, que sus congéneres silvestres. Aparte de ello gozan de una salud mejor. Pronto comenzaron a surgir pajareras por toda Europa.
No transcurrió mucho tiempo hasta que hizo su aparición una mutación ocasional. Se trataba de unos ejemplares de coloración distinta y pronto los criadores descubrieron que les era posible conseguir muchos pájaros de tonalidades diferentes valiéndose para ello de apareamientos selectivos. Un ejemplar de tonalidad amarilla clara hizo su aparición en 1875 y los de color azul celeste surgieron aproximadamente diez años después.
Francia consiguió ejemplares de color verde oliva durante la primera guerra mundial. Y los hermosos azules cobalto hicieron acto de presencia en 1920 a través de un cruce de azules celeste con verdes oliva.
Los de color cobalto provocaron gran conmoción en Japón. En 1925, un príncipe japonés se sintió intrigado por una pareja de ellos que vio en Inglaterra. Los adquirió y se los llevó al Japón para regalárselos a su prometida. Con ello se inició una especie de histerismo pues todo japonés debía obsequiar a su amada con una pareja de estos bellos pájaros azules.
Resultado de ello fue que los criadores ingleses no daban abasto para cubrir toda la demanda y como ejemplo de a lo que se llegó, señalaremos que en 1927 una pareja fue vendida por 1.000 dólares. La moda siguió hasta que los criadores japoneses entraron en escena y obtuvieron azules cobalto a millares.
Pronto, junto con una ley que prohibía más importaciones, los precios descendieron hasta límites razonables. Aparte de ello, un desastroso terremoto acaecido en 1927 provocó una cierta escasez de dinero, incluso entre la aristocracia y los ricos, y los periquitos regresaron a las jaulas del aficionado corriente a precios que éste podía pagar.
A finales de la década de 1920 el periquito había conquistado el corazón de América, y con ello comenzó la cría en plan profesional. Otra explosión de popularidad se produjo en la década de 1950. De acuerdo con algunas estimaciones, el número de periquitos en EE.UU. pasó de unos pocos millones a más de diez y ello solo en diez años. Casi todos los periquitos de Estados Unidos han sido criados en el país, lo cual hace posible que se disponga de cualquier tipo de ellos con destino a los diversos aficionados.
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