La raza de perro Lhasa apso se caracteriza por ser de pequeño tamaño, vigoroso y equilibrado. Su abundante pelo puede ser de diversos colores. Cuenta con un carácter sociable, alegre y amigable. En CurioSfera-Animales.com, te explicamos todo sobre el Lhasa apso tibetano.
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Carácter de la raza Lhasa apso
El Lhasa apso es de carácter alegre y sociable, es un animal que se muestra muy seguro de sí mismo, equilibrado, firme y nada nervioso. Mantiene siempre una actitud alerta y es prudente con los extraños. Esta mascota perruna se caracteriza por tener un comportamiento duro, resistente y con mucho temperamento. Algo que llama bastante la atención a quienes se acercan a la raza por primera vez pensando que se trata de un perrito faldero y de compañía como el chihuahua.
Es cierto que se muestra afectuoso, devoto y obediente con su dueño, pero en ocasiones puede resultar muy terco, por lo que necesita un buen adiestramiento y una educación basada en la motivación permanente. Fruto de una selección milenaria para dicha función, los Lhasa apsos son unos excelentes guardianes, ya que, en efecto, durante milenios fueron los centinelas de los templos y palacios del Tíbet.
Se debe a que gozan de un excelente oído, siempre están atentos a todo cuanto sucede a su alrededor y avisan muy bien de cualquier presencia inesperada. No obstante, aunque pueden mostrarse algo reservados con los extraños, con los miembros de su entorno familiar son alegres y simpáticos. Con los niños se llevan especialmente bien, pues se convierten en perfectos compañeros de sus juegos y aventuras, y los siguen, alertas y activos, allá adonde éstos van.
De hecho, el único problema puede surgir cuando se somete a los animales a un ritmo de actividad demasiado grande, ya que pueden llegar a sobreexcitarse, algo que también les sucede ante la presencia de visitantes desconocidos.
Su relación con otros perros también suele ser bastante buena, pero si se dan conflictos de jerarquía este pequeño perrito melenudo no se echa para atrás ante ningún oponente, y con otros animales puede tener una relación aceptable solo si se lo acostumbra a ellos desde que es un cachorro. Por otro lado, se trata de una mascota muy adaptable, en el sentido de que vive igual de bien en el campo que en la ciudad, y constituye además un extraordinario compañero de viaje.
En general, ésta es una raza poco problemática siempre que se le dedique la atención necesaria, y puede ser, además, una buena elección para dueños inexpertos en la tenencia de perros. Pero es recomendable buscar el consejo de un buen profesional, pues éste ayuda a hacer el camino del adiestramiento y la educación más fácil y llevadero. Por ejemplo, advertirá de que al Lhasa apso no hay que tratarlo en función de lo que parece, una mascota pequeña, sino en función de lo que realmente es: un gran can. Algo similar a lo que sucede con el perro pug.
En efecto, éste es un perro grande metido en un traje pequeño, con un carácter fuerte y decidido, por lo que si se lo trata como a un mero animal de compañía, con mimos y consentimientos, se le puede llegar a provocar el síndrome del perro pequeño. Esto derivaría en trastornos del comportamiento que son serios y preocupantes, pues, de por sí, éste ya es un animal con un temperamento muy fuerte.
- Energía: media/alta. Enérgico y vigoroso, necesita hacer algo de ejercicio rutinario.
- Temperamento: con un carácter fuerte y en ocasiones terco, es un perro alegre, afectuoso, alerta, seguro de sí mismo y muy equilibrado.
- Adaptabilidad: No presenta problemas para vivir en ningún entorno.
- Sociabilidad: Es muy atento y cariñoso con su familia, en especial con los niños, pero con los extraños se muestra algo receloso y huraño. A otros perros los tolera bien, así como a otras mascotas, pero pueden darse problemas de jerarquía.
- Salud: muy buena. Es un animal generalmente sano.
- Longevidad: muy alta. Vive bien más de 15 años.
- Utilidad: compañía. Se emplea casi siempre como animal de compañía, pero es un gran guardián.
- Utilización: perro de compañía.
Características del Lhasa apso
Hablando de la apariencia general del Lhasa apso y sus características físicas, se trata de un perro de pequeño tamaño, bien equilibrado, vigoroso y dotado de un pelaje abundante que puede presentarse en una gran diversidad de colores. Es un perro de cuerpo pequeño pero vigoroso, con un lomo fuerte y con la espalda a nivel. Si no fuera por el tamaño, se puede decir que es igual que su «hermano» el terrier tibetano.
La longitud desde la punta de los hombros hasta la punta de la nalga es mayor que su altura a la cruz, por lo que la estructura corporal del perro es rectangular. Su figura es elegante y equilibrada. Su cabeza cuenta con una melena de pelo largo y lacio que cae sobre los ojos y se funde con una barba y unos bigotes muy desarrollados. Tiene el cráneo estrecho, el stop moderado y la trufa negra.
Cuenta con unos ojos ovalados y de tamaño mediano, quedan enmarcados por el largo pelaje de las cejas y el que cae desde la cabeza El iris es oscuro, y no son saltones pero tampoco están hundidos.
Sus orejas se vuelven prácticamente invisibles bajo el pelo de la cabeza. Las orejas del Lhasa apso son colgantes y también se presentan cubiertas de abundante pelo en forma de flecos. Las patas rectas y musculosas de este perro están sustentadas por unos pies de forma redondeada y dotados de almohadillas plantares fuertes. Están bien cubiertos de pelo.
La cola se implanta alta y el perro la lleva alegremente, con porte erguido, sobre la espalda. Está cubierta por pelo abundante en forma de flecos. En cuanto a su pelaje, todo el cuerpo aparece cubierto por una capa externa de abundante pelo largo, liso y de textura dura. También posee una capa interna de pelo más ligera.
Veamos ahora con más detalle cómo es el estándar de la raza Lhasa apso:
Estándar de la raza Lhasa apso
- Apariencia general: es un animal pequeño, vigoroso y armonioso.
- Tamaño y talla: miniatura.
- Altura de la cruz: entre 24 y 26 cm los machos y entre 21 y 23 cm las hembras.
- Peso: entre 5 y 7 kg los machos y entre 4 y 6 kg las hembras.
- Origen: Tíbet/ Patronazgo Reino Unido.
- Cuerpo: la estructura corporal del Lhasa apso es rectangular, puesto que la longitud de su cuerpo, medido desde la punta de los hombros hasta la punta de las nalgas, es superior a su altura a la cruz. El cuerpo es robusto y fuerte.
- Espalda: la línea superior del cuerpo está nivelada y el lomo es fuerte.
- Pecho: las costillas quedan bien extendidas hacia atrás.
- Cabeza: cubierta de abundante pelo largo que le cae sobre los ojos, es grande y posee una barba y unos bigotes muy vistosos y desarrollados.
- Cráneo: es moderadamente estrecho y se hunde un poco detrás de los ojos, pero no es aplanado ni tiene forma de bóveda o de manzana.
- Hocico: no es muy largo, pero tampoco cuadrado, y posee la caña nasal recta. Mide aproximadamente un tercio de la longitud total del cráneo.
- Trufa: es de color negro.
- Ojos: son de tamaño mediano, ovalados y están colocados mirando hacia el frente, sin ser prominentes, pero tampoco hundidos. El iris está pigmentado de color oscuro y cuando el perro mira al frente no se suele apreciar el blanco del globo ocular ni por arriba ni por abajo.
- Orejas: son colgantes y están cubiertas por abundantes flecos de pelo.
- Depresión naso-frontal (stop): moderado.
- Mandíbulas: los incisivos están colocados en una línea ancha y recta, y cuando el animal cierra la boca, los dientes inferiores quedan por delante de los superiores, pero en contacto con ellos, por lo que la mordida es en tijera inversa.
- Cuello: es fuerte y está bien arqueado.
- Miembros anteriores: son rectos y poseen abundante pelaje. Sus hombros están bien inclinados hacia atrás. Los antebrazos y brazos son fuertes, rectos y musculosos.
- Miembros posteriores: Están bien desarrollados y son musculosos. Las piernas cuentan con buenas angulaciones y están cubiertas de abundante pelaje. Los corvejones, vistos desde atrás, se aprecian paralelos y no están muy juntos.
- Pies: son redondeados y compactos, como los “pies de gato”, y poseen unas almohadillas plantares sólidas. Aparecen cubiertos de pelo.
- Cola: de inserción alta, el perro la lleva elevada y apoyada sobre la espalda, pero no en forma de “asa” o “agarradera”. No obstante, a menudo se dobla un poco cerca de la punta Se presenta cubierta de abundantes flecos de pelo.
- Pelo: de doble capa, la interna posee pelo ligero, mientras que la externa está dotada de pelo largo, recto, abundante y de textura dura, ni lanosa ni sedosa. Puede adoptar una gran variedad de colores: desde el dorado hasta el negro, pasando por el arena, el gris oscuro, el pardo.
- Color: el Lhasa apso puede presentar una gran variedad de colores, desde el blanco al negro, incluyendo el dorado, el arena, el miel, el pardo, el pizarra, el gris oscuro, o el humo. También existen ejemplares multicolor.
- Movimiento: el perro Lhasa apso avanza con un movimiento ligero y ágil.
- Clasificación FCI: ° 227 Grupo 9 – Perros de compañía. Sección 5 -Perros tibetanos.
Cachorros de Lhasa apso
Si estás aquí, leyendo este artículo, tal vez sea porque te estás planteando la adopción o compra de un cachorro de Lhasa apso. Pero antes de dar el gran paso, creemos que hay una serie de aspectos que antes debes conocer. El Lhasa apso es una de las razas de compañía con más demanda de cachorros en la actualidad, debido sobre todo a su gran belleza. Esto hace que existan desaprensivos que no garanticen siempre la integridad del animal.
Los ejemplares de esta raza suelen entablar una buena relación con otros perros, en especial si se los acostumbra a la convivencia desde sus primeros meses de vida. La primera en enseñarles cómo funciona la convivencia es siempre su madre, que se muestra muy cariñosa y dulce con sus crías.
Es un perro que necesita un cierto mantenimiento. El largo pelaje de este perro necesita ser cepillado en profundidad y diariamente para que luzca sano, brillante y fuerte. Como el pelo puede taparle los ojos dificultándole la visión, sus propietarios muchas veces se lo recogen con unas pequeñas pinzas, lo que le da una imagen muy graciosa y divertida.
Alimentación de la raza Lhasa apso
La alimentación del Lhasa apso es muy importante, ya que se debe evitara toda costa que el animal se vuelva obeso o con excesivo sobrepeso. Pero a la vez, se le debe suministrar los nutrientes suficientes para su nivel de energía.
Por ello, aparte de administrarle un alimento equilibrado y sano, rico en nutrientes esenciales que mantengan en forma su musculatura y con un aporte adecuado de grasas. Es muy recomendable someter al can a las dosis de ejercicio indicadas para su edad y condición.
También es muy importante que la dieta del lhasa apso sea variada para que el animal no se «aburra» y deje de comer. Afortunadamente, la mayoría de las mejores marcas de alimento para perros cuentan con pienso o croquetas especialmente elaboradas para este tipo de mascotas.
Salud y enfermedades de la raza Lhasa apso
El Lhasa apso es una raza sana y fuerte, su longevidad está muy por encima de la media de edad de razas similares, y es muy fácil encontrar ejemplares que superan los 15 años sin padecer ningún tipo de problema. Es cierto que pueden verse afectados por algunas enfermedades. Pero éstas tienen una incidencia tan baja que ni siquiera se consideran como típicas de la raza.
Por ejemplo, si no se le cuida el pelaje como es debido o no se vigila convenientemente la presencia de parásitos, es muy posible que se desarrolle alguna alergia cutánea. En algunos ejemplares, a pesar de ser un perro pequeño, pueden darse casos de displasia de cadera, pero son irrelevantes. Aparte de eso, entre otras de las afecciones más comunes se cuentan algunos casos de problemas oculares o renales. Pero con una incidencia tal, que no debe resultar preocupante para sus futuros dueños.
Lo que sí tienen que controlar de forma exhaustiva en cambio, es la obesidad. Éste es con toda seguridad el problema de salud más importante y extendido entre todas las razas caninas en la actualidad. Una afectación especialmente elevada entre los perros considerados de compañía, como es el caso del Lhasa apso.
Muchos propietarios parecen olvidar que su perro también necesita hacer algo de ejercicio. Para mantenerse en forma y para quemar los excesos de energía y de calorías consumidas, por lo que a veces el animal engorda más de lo necesario. El problema es que el sobrepeso hace aumentar la incidencia de muchos problemas de salud, como los respiratorios o las enfermedades cardiovasculares y articulares.
Por otro lado, la mejor estrategia de salud para el propietario de un Lhasa apso es actuar de manera preventiva. Acudiendo con regularidad al veterinario para cumplimentar los programas de vacunación, revacunación y desparasitación. Así como, para ir controlando el estado de su boca, ojos, oídos, pelo y piel.
Asimismo, éste debe ser el encargado de llevar un estricto control de la evolución del crecimiento y el peso del animal en las diferentes etapas de su vida, como ya se ha comentado.
Bien cuidado y alimentado, habiendo sido sometido a un correcto adiestramiento y a una buena sociabilización, y acicalado correctamente, el Lhasa apso es un animal perfecto. Buen avisador, muy cariñoso con su familia, alegre y activo y, sobre todo, de una belleza espectacular.
Cuidados específicos de la raza Lhasa apso
A pesar de que aparentemente el mantenimiento estético del Lhasa apso pueda parecer muy costoso y complicado, ya que posee un pelo muy largo y abundante, en realidad es bastante sencillo, pero siempre que se establezca una buena rutina de trabajo y ésta se siga a rajatabla.
Cepillado del Lhasa Apso
El manto de esta raza es muy profuso y alcanza una longitud importante, por lo que precisa de un cepillado intensivo y frecuente. Su textura es fuerte, similar a la del pelo de cabra, ni demasiado áspera ni demasiado sedosa.
Debe cuidarse a diario para que no se formen los molestos y antiestéticos nudos, los cuales pueden provocar la necesidad de ser cortados, si no pueden deshacerse manualmente o, incluso, de tener que esquilar al animal en los casos más serios. Para el cepillado correcto del manto del Lhasa apso es recomendable usar un buen cepillo de cerdas naturales.
Se empieza trabajando el manto desde la columna vertebral hacia los lados. Procurando cepillar en toda la profundidad del pelo, desde la raíz hasta las puntas.
Una vez bien cepillado, se puede dar un segundo repaso utilizando en este caso una carda metálica suave. Procediendo de la misma manera que se hizo anteriormente con el cepillo. Para finalizar, con la ayuda de un peine metálico se da un último cepillado. Para evitar la formación de enredos y de nudos.
Arreglo del Lhasa Apso
Esta raza no necesita que se le dé un corte especial, pues el pelo se deja crecer de forma uniforme a ambos lados del cuerpo hasta tocar el suelo. Por lo tanto, solo hay que ir recortando las puntas del manto cuando éstas estén demasiado largas.
Asimismo, sí existe mucha cantidad de pelo entre las almohadillas plantares, éste se puede recortar. Con la ayuda de unas tijeras lisas, para facilitar los movimientos del perro. Y los ojos también merecen una atención especial por parte del dueño del Lhasa apso. Hay que procurar que, al igual que los oídos, estén siempre despejados, limpios y secos.
Baño del Lhasa Apso
Se trata de un animal bastante limpio que, como además pasa la mayor parte de su tiempo en casa, no se ensucia demasiado. Pero, aun así, este perro debe bañarse de vez en cuando sobre todo si se encuentra realmente sucio. Para ello, lo más importante es utilizar siempre un champú adecuado para el pelo de esta raza. Un producto especial que no afecte ni a su estructura ni a su textura áspera.
Tras haber enjabonado y lavado con vigor, pero sin brusquedad, todo el manto del perro, hay que proceder al aclarado. Una tarea que debe ser minuciosa, pues es importante que no quede ningún resto de jabón. Éste podría provocar la aparición de eccemas, alergias o picores muy molestos para el animal.
Es conveniente aprovechar este momento del baño para controlar el estado de las uñas. Recortarlas en caso de que éstas hayan crecido mucho e impidan el libre avance del perro o simplemente le molesten debido a su gran longitud.
Secado del Lhasa Apso
Una vez se bañado y enjuagado, es muy importante retirar toda el agua sobrante y retenida en el manto. Para ello, en primer lugar se pueden usar las manos, con las cuales se irá apretando el pelaje para escurrirlo. En segundo lugar se puede echar mano de toallas o de algún papel secante que absorban el exceso de agua. Por último, se recomienda usar un buen secador y una carda suave para no dejar absolutamente ningún resto de humedad.
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