Nadie quiere que su mascota enferme. Para ello, la mejor “medicina” es la higiene y limpieza del periquito. Contra las enfermedades de este tipo de ave exótica la prevención es la mejor solución. En CurioSfera-Animales.com, te explicamos cómo prevenir que tu periquito enferme. Así podrás disfrutas de una mascota con una excelente salud, y por tanto, alegre, despierta y vigorosa.
No te pierdas las características de los periquitos
Limpieza e higiene de los periquitos
Es de sobras conocido que el mantenimiento de toda clase de animales exige unas medidas de higiene y desinfección regulares, y en el caso de los periquitos australianos no es una excepción. Si se desatienden estas dos premisas, a la larga no se podrán evitar enfermedades infecciosas.
Por este motivo, el evitar la aparición y extensión de patologías epidémicas mediante la higiene y la desinfección es de gran importancia para proteger la salud del ser humano y de los animales. La desinfección sirve para matar los microorganismos que producen enfermedades (patógenos), pero también para disminuir considerablemente los no patógenos, es decir, los inespecíficos.
Una desinfección correcta puede hacer disminuir el número de gérmenes casi a 0. Pero, a menudo, el que quede sin saberse la causa de muchas de las pérdidas de animales hace difícil entender la razón de que sea necesario desinfectar regularmente.
Con frecuencia se cuestiona asimismo la eficacia de la desinfección, sin embargo, eso lo hacen principalmente aquellos criadores que temen el trabajo que conlleva. El éxito de la desinfección depende del correcto manejo del producto desinfectante, así como de su correcta dosificación.
Con frecuencia, en todas las variedades y tipos de periquitos, la disminución en los éxitos de crías que ya existen desde hace tiempo, sobre todo en las de grandes grupos de periquitos, no está ligada, como se supone a menudo, a un problema alimenticio o a fenómenos degenerativos, sino que, ante todo se debe a un problema higiénico.
Unas medidas de limpieza y desinfección insuficientes, así como el empleo incontrolado de antibióticos que esta situación suele conllevar, por un lado, y, por otro, el alojamiento de muchos pájaros en un espacio restringido favorecen el aumento de las bacterias y gérmenes patógenos más diversos, así como la selección de especies y tipos patógenos.
Este denominado “hospitalismo de gérmenes” no tarda en convertirse en un factor determinante de los éxitos en la cría. Se puede combatir con éxito disminuyendo la densidad de población, así como, sobre todo, mediante una higiene y desinfección escrupulosas.
Básicamente, las medidas de desinfección solo se verán coronadas por el éxito si les ha precedido una concienzuda limpieza. Esta tiene como finalidad eliminar todas las sustancias orgánicas e inorgánicas que se encuentran en la pajarera o aviario, en el recinto de cría, en la jaula de cría o en las cajas nidaderas. Se pueden definir tres capas de suciedad:
- Suciedad estructural desde 2 milímetros de espesor.
- Capa de suciedad hasta 2 milímetros de espesor.
- Suciedad adherida.
Mediante la limpieza se han de eliminar las dos capas de suciedad superiores, a fin de posibilitar el contacto entre el desinfectante y el germen. La limpieza tiene los siguientes efectos:
- Lava los gérmenes que se encuentran en la suciedad.
- Aniquila los microorganismos por efectos de la temperatura y de los productos químicos.
- Elimina la capa de suciedad que rodea los microorganismos.
- Evita que las partículas de suciedad inactiven el desinfectante.
En primer lugar, se ha de realizar una limpieza en seco mecánica. La posterior limpieza en agua sirve para eliminar la suciedad que está fuertemente adherida.
Se recomienda poner en remojo tanto las jaulas como los accesorios en una solución detergente. Después de usar el detergente es imprescindible enjuagar o lavar bien con agua clara.
Antes de dar comienzo a la desinfección en agua hay que secar todas las superficies y accesorios, a fin de que la concentración del desinfectante no se vea alterada por el agua que pueda haber quedado en los mismos y para que el desinfectante no forme reacciones no deseadas con el detergente.
El desinfectante se ha de aplicar uniformemente y en cantidad suficiente sobre todas las partes del recinto de cría o del aviario. La mejor manera de conseguirlo es utilizando los pulverizadores que se emplean para los productos fitosanitarios. Como es natural, dicho pulverizador no se debe haber utilizado nunca antes para un plaguicida.
Si la estancia está caldeada el efecto de la mayoría de desinfectantes es mayor. Con frecuencia los efectos no son mayores aumentando la dosis sino aumentando la temperatura.
Por esta razón, dichos productos se deben utilizar en forma de solución caliente. Se recomienda utilizar cresoles o lejías en lugar de productos a base de formaldehído cuando la temperatura es inferior a los 5°C.
El tiempo de actuación necesario de los desinfectantes difiere según el método de aplicación y el producto empleado; aquí hay que tener en cuenta las indicaciones de los fabricantes en especial también con vistas al realojamiento de las aves. Los comercios ofrecen desinfectantes elaborados a base de las sustancias más diversas.
Los productos que contienen formaldehído no son corrosivos, únicamente irritan las mucosas por su olor penetrante. Cuando la temperatura es la adecuada, la formalina se convierte rápidamente en gas, con lo que penetra bien en todas las rendijas y grietas. En los periquitos en pocos casos se han constatado irritaciones en las mucosas. También se utilizan con éxito los productos que desprenden cloro, tales como cloruro de cal o cloramina.
Los comederos y bebederos, así como las tablas-comedero, los accesorios y las cajas nidaderas se han de limpiar y desinfectar a intervalos regulares. Cuando quedan libres jaulas o aviarios, hay que proceder a limpiarlos y desinfectarlos inmediatamente. Se recomienda prever una posibilidad para desinfectar el calzado antes de atravesar la puerta de entrada al recinto de cría.
La desinfección de un suelo natural, por ejemplo en un aviario al aire libre, es especialmente problemática. El número de gérmenes de la flora del suelo aumenta hasta los 10 centímetros (4 pulgadas) de profundidad. El suelo protege a los gérmenes, ya que la irradiación solar y la desecación solo actúan en superficie.
Algunos gérmenes no solo se mantienen con vida en suelos húmedos, sino que con el suficiente calor y el correspondiente suministro de nutrientes también se pueden multiplicar. Los gérmenes que pueden causar enfermedades de los periquitos pueden vivir en el suelo hasta una profundidad de 25 centímetros (10 pulgadas); en este caso no tiene sentido cavar simplemente la tierra.
Una vez eliminada la capa superior de tierra, la inferior se ha de tratar con desinfectantes químicos; también da buenos resultados quemarla con una llama de butano. El suelo que se ha eliminado se debe sustituir por tierra no contaminada o, mejor aún, por una mezcla de arena y grava.
¿Es suficiente una desinfección anual escrupulosa?
En muchos libros y revistas especializadas siempre se puede leer de nuevo que hay que llevar a cabo cada año o cada medio año una limpieza a gran escala, seguida de una desinfección de todo el recinto incluidos los accesorios. Para ello hay que sacar a todos los pájaros del recinto que vayamos a desinfectar; eso solo es posible en los criaderos, donde los pájaros se pueden alojar temporalmente en aviarios al aire libre o en otro recinto.
Cuando aparezca una epidemia, es imprescindible llevar a cabo una “limpieza general”. Pero no debe suponerse que con unas medidas así se ha hecho bastante en lo que se refiere a la desinfección, puesto que, justo después de dicha “limpieza general” se vuelven a colocar en el aviario o jaula los mismos pájaros que ya estaban.
Es seguro que no hay ningún grupo de pájaros de cierta envergadura que no posea los llamados “portadores permanentes”. Estas aves, que continuamente eliminan gérmenes patógenos, pero que en la mayoría de casos parecen completamente sanas, pueden hacer necesaria una nueva desinfección al cabo de muy poco tiempo.
En el cuerpo de estos pájaros reina una “batalla equilibrada”: si bien el sistema inmunológico mantiene a raya los gérmenes, de manera que la enfermedad no se declara abiertamente, no los puede eliminar por completo. Estos “portadores permanentes” eliminan constantemente pequeñas cantidades de bacterias o virus.
Pero si, por ejemplo, se hallan en una situación de estrés (exposiciones, cambio de jaula, etc.), de repente enferman de gravedad porque el estrés debilita sus defensas orgánicas y el equilibrio entre éstas y los gérmenes se ha desplazado ahora en favor de estos últimos.
Si se vende un pájaro así, puede aparecer una repentina enfermedad relacionada con el estrés de la adaptación al nuevo alojamiento y al cambio de comida, que dará mala fama al vendedor. A veces, se suelen reconocer estas “bombas de relojería” del aviario por el hecho de que muchas veces están sentados apáticamente, pero al día siguiente vuelven a parecer en plena forma.
Ahora bien, si en el grupo de aves hay uno o varios de estos “portadores permanentes”, y si la higiene diaria es insuficiente, volverá a darse un gran número de gérmenes poco después de una desinfección a gran escala, y aparecerán nuevos casos patológicos.
En este caso, el criador está desconcertado ya que, en su opinión, ha llevado a cabo la desinfección hace muy poco tiempo. Por eso, cabe que una higiene óptima durante todo el año sea más efectiva que una limpieza y desinfección a fondo una o dos veces anuales.
Higiene en la alimentación del periquito
El concepto de higiene en la alimentación y en la bebida comprende todos los problemas higiénicos relacionados con los piensos, su almacenamiento, su preparación y administración, así como con el suministro de agua de bebida. Es muy importante mantener lo que comen los periquitos en un estado correcto de salubridad.
Higiene del pienso en grano
Según el número de aves que se posea es necesario almacenar mayor o menor cantidad de pienso en grano. Muchos criadores compran de una vez la cantidad total necesaria para toda una estación de cría, a fin de que durante el período de crianza no haya que cambiar la clase de pienso. Cuando se lo llevan, éste ha de ser examinado por el criador. Las contaminaciones (excrementos de ratón), decoloraciones, mezclas de cuerpos extraños (cornezuelo), así como mal olor (a enmohecido) se pueden constatar de la manera más sencilla.
En tal caso debe llevarse a cabo una prueba de germinación: si la mayoría de manos germinan bien, tendremos generalmente un pienso de buena calidad. Quien almacene una cantidad importante de pienso, debe vigilar que quede excluida la contaminación por ratones, insectos dañinos, ácaros, mohos o el ensuciamiento por sustancias extrañas. Este es uno de los puntos fundamentales dentro de los cuidados de un periquito.
Por desgracia, con mucha frecuencia en los piensos se encuentran ácaros, cosa que indica un almacenamiento indebido. Los ácaros no aparecen hasta que la humedad del pienso en grano es del 15 al 17%.
No se debe dar en modo alguno a las aves un pienso en grano que contenga ácaros, dado que no se pueden excluir trastornos digestivos o manifestaciones alérgicas y, de todos modos, el valor nutritivo del pienso está mermado. La comprobación de si hay ácaros en el pienso se lleva a cabo de la siguiente manera: cogemos un comedero y lo llenamos de forma que el pienso forme un montoncito.
Este comedero lo colocaremos en un lugar tranquilo (sin sacudidas) y se deja allí durante la noche. Si el pienso contiene ácaros, a la mañana siguiente el comedero solo estará lleno hasta la mitad, habrá desaparecido el montoncito y los granos de éste se hallarán sobre la base. Los hongos o mohos también representan un gran peligro para la salud de nuestros periquitos.
Se distingue entre los hongos de las espigas, que ya están adheridos a los cereales cuando se siegan y los que aparecen tras la recolección, a causa de un almacenamiento incorrecto, durante el transporte, en el comercio o en casa del mismo usuario.
Los mohos ya crecen con una humedad relativa del 80% y a partir de una humedad del cereal (humedad del sustrato) de aproximadamente el 13%. Cuando la humedad atmosférica y la del sustrato aún son más altas, se desarrollan otras especies de hongos.
La temperatura influye igualmente en el crecimiento de los hongos, ya que crecen a unos niveles térmicos bastante amplios, sobre todo entre los 0°C y los 45°C. A la temperatura normal de almacenamiento, unos 20°C., los hongos se desarrollan todavía relativamente despacio. Si las temperaturas y la humedad son más elevadas el crecimiento de los hongos se acelera considerablemente.
Los efectos perjudiciales de los hongos ya aparecen aun antes de que se pueda percibir el olor a enmohecido o constatar su presencia: además de lesiones hepáticas y de sus efectos carcinógenos, pueden aparecer irritaciones en las mucosas y lesiones renales.
El valor límite dado es de 10.000 mohos por gramo de pienso, se considera demasiado alto; en nuestra opinión, por norma no se debería dar a los pájaros comida enmohecida. Puesto que el riesgo de formación de mohos es muy elevado, es sumamente importante almacenar bien el pienso.
La comida que se adquiere no debe sobrepasa) una humedad de sustrato del 15%; no obstan te, como comprador no se puede influir sobre eso, ya que se carece de la posibilidad de comprobarla. En el lugar de almacenaje hay que mantener lo más baja posible la humedad relativa del aire, en todo caso por debajo del 70%. Asimismo, la temperatura del almacén o despensa también debe ser lo más baja posible, y se debe intentar no sobrepasar los 10°C.
En estas condiciones de almacenaje también queda ampliamente excluido un ataque por ácaros. Es obvio que el pienso se ha de guardar separado de productos químicos (abono, insecticidas o herbicidas, etc.). Prevenimos en este punto del posible enrique cimiento de la comida en grano con aceite de hígado de bacalao, aunque diversos criadores digan que les ha dado buenos resultados: todavía se desconocen los posibles efectos secundarios a largo plazo.
Sobre la administración de aceite de hígado de bacalao, se manifiesta lo siguiente: “Los peligros y las posibilidades de que su administración cause daños ulteriores predominan con tanta fuerza sobre sus ventajas que hay que prevenir contra su empleo en pájaros”.
Tanto la luz como el oxígeno descomponen el aceite de hígado de bacalao y los peróxidos que se forman debido a la oxidación de los ácidos grasos causan un déficit de vitamina A y vitamina B, lesiones hepáticas y del miocardio, así como una sobrecarga en el organismo producida por el elevado contenido graso.
Higiene del pienso o comida verde
Cuando a los pájaros se les da comida verde, hay que vigilar que ésta no haya sido tratada con productos fitosanitarios. Tampoco debe recogerse pienso verde para los periquitos junto a carreteras de mucho tráfico (autopistas, etc.), debido a la fuerte contaminación por plomo; lo mismo rige para vertederos, etc.
Higiene del pienso blando
Sobre todo durante la estación cálida hay que tener cuidado cuando se les da a los pájaros pienso blando. Dicho pienso se ha de retirar a las 2 o 3 horas, dado que debido a su contenido en nutrientes y en humedad es un sustrato favorable para que se desarrollen gérmenes patógenos. El pienso blando se ha de ofrecer siempre en recipientes limpios y hay que evitar dárselo sobre el suelo de la jaula. Los comederos para la comida blanda se han de lavar y desinfectar diariamente.
Higiene del pienso germinado
En este caso rige lo mismo que para el pienso blando. Además de la limpieza concienzuda de los comederos también se han de limpiar y desinfectar escrupulosamente cada día los utensilios que se han utilizado para la germinación (cubo, colador, aparato germinador).
Higiene del agua de bebida de los periquitos
Está claro que a los periquitos se les ha de ofrecer agua que tenga, por lo menos, la calidad de agua potable, no importando si el agua se coge de la red ciudadana o de un pozo propio y controlado. Un punto extremadamente importante para evitar posibles enfermedades de los periquitos y garantizar su salud.
En muchos casos, el agua de la red de distribución tiene mucho cloro y antes de dársela a los periquitos hay que dejarla reposar durante unas horas. El número de gérmenes total del agua potable no debe sobrepasar los 100 gérmenes/ml.
En los bebederos aumenta fuertemente el número de gérmenes. Cuando se han efectuado los análisis pertinentes, se ha constatado en el agua de bebida de un bebedero de tubo o frasco (en el que era imposible la contaminación por excrementos o por baño), que llevaba un día en el mismo, la cantidad de 60.000 a 300.000 gérmenes/ml.
Puesto que en tal caso hay que considerar el agua como un transmisor potencial de enfermedades, hay que prestar especial atención a la higiene del agua de bebida. Es imprescindible cambiar el agua diariamente, una vez limpios y desinfectados los bebederos.
Evitar transmisión de enfermedades por ratones o ratas
Al construir aviarios y recintos de cría hay que vigilar que no puedan penetrar ratones o incluso ratas. Eso es difícil, ya que el constante suministro de pienso y los recintos secos, y cálidos en invierno, atraen casi mágicamente a los roedores dañinos. Los recintos de cría son visitados, sobre todo, por el ratón doméstico. Es raro observar otros representantes del género de los múridos.
Los recintos o instalaciones de cría suelen quedar libres de ratas: éstas se encuentran, sobre todo, en las proximidades del agua, de los vertederos o de las grandes instalaciones zoológicas. Si a los roedores perjudiciales les quitamos los escondites y la comida, desaparecen por sí mismos al cabo de poco tiempo. En los recintos de cría se puede comprobar rápidamente la presencia de ratones por el olor que les es propio; al cabo de poco también se encontrarán sus excrementos.
Además de destruir considerables cantidades de pienso, de dañar las instalaciones de cría, así como de molestar a los pájaros, sobre todo por la noche y durante el período de incubación, los ratones son especialmente dañinos por transmitir enfermedades.
El ratón doméstico puede transmitir diversas tenias, histoplasmosis, favus o tiña favosa, peste, tifus exantemático, salmonelas, tularemia, pseudotuberculosis, coriomeningitis linfocitaria y sodoku (fiebre por mordedura de rata). La mayoría de estas enfermedades no solo son peligrosas para los pájaros sino también para las personas. Para nuestros pájaros el mayor peligro lo representan la Salmonella typhimurium y la pseudotuberculosis.
La peligrosidad del ratón doméstico para las crías de periquito debería quedar dar a por su temprana madurez sexual -unos 50 días-, la corta gestación de 20 a 21 días, el gran número de crías por camada (por regla general de 5 a 9), así como la secuencia de partos que tienen lugar durante todo el año.
Más información sobre los periquitos
Tipos de periquitos Primeros auxilios para periquitos Enfermedades de los periquitos Qué comen los periquitos Cómo enseñar a hablar a un periquito Cómo cuidar a un periquito
¿Quieres saber más sobre periquitos?
Desde CurioSfera-Animales.com, esperamos que te haya gustado este artículo titulado Higiene y limpieza del periquito. Si deseas descubrir más curiosidades y respuestas sobre el mundo animal, puedes entrar en la categoría de periquitos, aves exóticas o animales. Y recuerda, si te ha sido útil, puedes dejarnos un comentario.