Seguro que te gustará saber cómo adiestrar a tu periquito, para que haga trucos, suba a tu manos, salte entre tus dedos, trepe y muchas cosas más. Debes saber que los periquitos son pájaros de carácter vivaz. Pueden aprender muchas cosas, independientemente de su color, tamaño o edad. Todo se reduce a una cuestión de personalidades (la de él y la nuestra) y de paciencia. En CurioSfera-Animales.com, te explicamos cómo adiestrar un periquito.
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Adiestramiento del periquito
Debido a que los periquitos son pájaros de talante afectuoso, pronto se percatan del espíritu amistoso de quienes están junto a ellos. Por consiguiente, procuremos ganarnos su confianza antes de intentar impartir cualquier lección. Una vez dé muestras de que goza con nuestra compañía, la enseñanza se convertirá en una labor agradable.
Podemos comenzar la domesticación digital de nuestro pájaro al día siguiente de haberlo traído a casa. Esto no significa que debamos sacarlo de la jaula. Es más aconsejable, mantenerlo encerrado en ella durante un mínimo de dos semanas al objeto de que se adapte por completo a su nuevo hogar y lo considere como un lugar que le ofrece seguridad.
Con todo, la domesticación digital debe comenzar de inmediato, debido a que nuestro pájaro buscará una nueva compañía, ahora que se ha visto separado de quienes estaban junto a él, en otra jaula. Algunos consideran que deberíamos conceder a nuestros periquitos un margen más dilatado (por ejemplo, dos días) para permitirle acostumbrarse a su entorno.
Hemos de hablar suavemente, asegurémonos de que siempre dispone de comida abundante y mantengamos su jaula limpia. Sólo observándonos mientras llevamos a cabo nuestras labores diarias, aprenderá a conocernos y a aceptarnos. Reduzcamos a un mínimo nuestros movimientos alrededor de la jaula y evitemos asustarle.
Cómo enseñar a un periquito a subir a tu dedo
Transcurridos unos pocos días introduzcamos una delgada varilla de madera lentamente en su jaula, hablándole al mismo tiempo con suavidad. La dirigimos hacia su parte frontal y le presionamos con ella suavemente en el punto en que las patas se unen al cuerpo. Repitamos esto varias veces.
Pronto, si bien muy probablemente no será durante el primer día, se subirá a la varilla. Cuando ello acontezca habremos ganado el punto uno. Después, tras haberse acostumbrado a la varilla, la sustituimos por nuestro dedo actuando del mismo modo suave y deliberado. Lo repetimos una y otra vez.
Transcurrido algún tiempo, ya no se mostrará asustado de la presencia de nuestra mano. A partir del instante en que acepte ésta podemos acariciarle suavemente el pecho y la cabeza si nos lo permite. Si aletea frenéticamente cada vez que le acercamos el listón o varilla, no lo retiremos, ya que si lo hacemos creería que nos ha ahuyentado y esto es mala psicología. Si aletea, o se acurruca y chilla pidiendo ayuda, no nos alarmemos.
Permanezcamos ante él y le hablamos en tono suave, repitiendo su nombre una y otra vez y diciéndole que es un pájaro muy bonito. Lo que digamos carece de importancia (repitamos el alfabeto de un modo rítmico si no se nos ocurre otra cosa) pero sí la tiene el tono que utilicemos. Nuestra voz siempre ha de sonar con acento suave y tranquilizador.
Jamás retiremos la mano en forma brusca si el pájaro comienza a aletear. La mantenemos dentro de la jaula hasta que se haya tranquilizado, hablándole suavemente durante todo el tiempo, y después hagamos otro intento.
Pronto se dará cuenta de que no es nuestra intención hacerle daño. Antes de que nos demos cuenta ¡ya se habrá subido a nuestro dedo!. Estemos preparados para recompensarle con su comida favorita cuando trepe por primera vez.
Los períodos de domesticación deben durar entre diez y quince minutos y llevarlos a cabo varias veces al día. Terminemos cada período con el pájaro posado en nuestro dedo, jamás cuando huya aleteando o lanza chillidos. Le acariciamos antes de retirar nuestra mano.
Sólo después de que haya aceptado nuestro dedo deberemos sacarlo de la jaula, lo cual deberá hacer posado en él. De este modo asociará nuestro dedo con la entrada y salida de la jaula y nosotros dispondremos de una mejor posibilidad de devolverlo al interior de la misma cuando lo deseemos.
Cómo enseñar a un periquito a salir de la jaula
Para la primera salida de la jaula, esperemos que sea de noche ya que así no intentará salir volando a través de una ventana cerrada si se asusta. Abramos la puerta de la jaula, hagamos que se pose en nuestro dedo y saquémosle lentamente al exterior. Debemos recordar que este adiestramiento sirve para cualquier variedad o tipo de periquito.
Caminemos en torno a la habitación hablándole suavemente durante unos pocos minutos y después lo devolvemos a su jaula, cerrando a continuación la puerta. Repitamos toda esta operación varias veces; por la noche al principio y después durante el transcurso el día.
Si el pájaro sale volando de nuestro dedo, no hagamos ningún movimiento brusco. Permanezcamos quietos hasta que se pose en algún punto. Dirijámonos entonces hacia él con el dedo extendido y lo devolvemos a la jaula. Si se niega, lo cogemos suavemente.
Si sale volando de nuevo, no lo persigamos moviendo ruidosamente los muebles. Esperemos a que se pose de nuevo y probemos otra vez. Si se posa en un punto elevado, como la parte superior de una puerta o la barra de una cortina, hagamos uso de un listón o varilla en forma de T.
Si a pesar de todo sigue evitándonos, digamos a alguien que apague las luces. No intentará volar en la obscuridad. Lo cogemos suavemente y lo devolvemos a su jaula. Si todo ello acontece a la luz del día utilicemos un trozo de tela ligera que deberemos dejar caer sobre el para ayudarnos a recuperarlo.
Si existe alguna posibilidad de que volando penetre en la cocina, asegurémonos de que no hay nada en ella en aquel momento que este muy caliente y sobre lo que pueda posarse. Sus primeros esfuerzos es probable que acaben agotándolo.
Después de todo, lo más probable es que no haya gozado anteriormente de libertad para poder volar a sus anchas. Una vez cansado es probable que nos sea posible cogerlo con la mano. Si se posa en un punto que este fuera de nuestro alcance, le obligamos suavemente a moverse con ayuda de nuestro listón de adiestramiento.
Eventualmente acabará dejándose coger, posándose en nuestro dedo o regresando a la jaula por su propia voluntad si sabe encontrar la puerta. Por este motivo constituye una buena idea colocar una pequeña «lámina de aterrizaje» adosada a ella. La forma correcta de sujetar a un pájaro es posado en la palma de la mano, con el pulgar y el índice formando un círculo alrededor de su cuello y el meñique en torno a la cola. El medio y el anular se utilizan para rodear el cuerpo y las patas.
Le mantenemos sujeto de este modo y le rascamos suavemente la cabeza hasta que se muestre completamente relajado. Recordemos que a los periquitos les gusta que les acaricien la cabeza y la garganta, por lo que deberemos valernos de forma constante de esta práctica durante la domesticación y el adiestramiento.
Cómo enseñar a un periquito a subir al hombro
Si permanece posado en nuestro dedo mientras vamos de un lado para otro, elevemos la mano hasta la altura de nuestro hombro y tratemos de conseguir que se traslade a él. Algunas veces el colocar un pequeño trozo de algo que le guste en dicho punto resulta de ayuda para el fin propuesto.
Antes de que haya transcurrido mucho tiempo descubriremos que nuestro hombro se ha convertido en su lugar de descanso favorito. O bien la parte superior de nuestra cabeza o la montura de nuestras gafas si las usamos. Mostrémonos pacientes. Seamos amables. Estamos en el buen camino que nos ha de conducir a nuevos avances en la labor de adiestramiento ya que a partir de ahora nuestro periquito puede considerarse domesticado.
Cómo enseñar a un periquito juegos y trucos
La amplitud del repertorio de nuestro periquito puede abarcar desde juegos que es capaz de llevar a cabo con el pico a otros que sabe cómo efectuar con las patas ¡con inclusión de piruetas acrobáticas!.
Nos sorprenderá de forma constante al comprobar lo que es capaz de hacer. A menudo sólo los será necesario proporcionarle el artilugio adecuado y él ya cuidará de mostrar sus habilidades. Cada juguete que compremos le permitirá gozar de largas horas de distracción. ¡Incluso llevará a cabo sus piruetas acrobáticas y sus juegos mientras esté solo!
Para algunas personas, sin embargo, (no para los periquitos), el enseñar juegos, trucos y piruetas puede constituir una labor tediosa, sobre todo si las alas del pájaro no han sido recortadas para impedir que salga volando cuando se siente aburrido. Algunas personas prefieren mantenerles las alas sin recortar al objeto de preservar su belleza, y dejar que sea el pájaro el que idee sus propios juegos, lo cual siempre hacen si se les brinda una mínima oportunidad.
A este fin, en los establecimientos de animales de compañía disponen de unos conjuntos constituidos por una base de madera, plástico o metal sobre la cual se hallan instaladas escalerillas, campanillas, listones con travesaños, etc. Su precio difiere en función de la perfección y multiplicidad de los diversos elementos. De todos modos, después de haber tenido ocasión de estudiar uno de estos conjuntos quizá nos veamos capaces de montar uno valiéndonos de nuestros propios medios.
Recordemos, no obstante, que los cordeles, alambres, lazos y agujeros son peligrosos, motivo por el cual deberemos tener presente tal circunstancia al proceder a la construcción del conjunto. Sin embargo, si es nuestro deseo promover un papel más activo por parte del pájaro tengamos presente lo siguiente:
Todos los juegos constituyen variaciones de tres actividades básicas: montar, trepar y valerse del pico. Le enseñamos la mejor forma de valerse de este repertorio básico y se convertirá en un verdadero espectáculo circense.
Son las tres las cosas que componen un juego: utilizar uno de los instintos básicos (él), orientar debidamente (nosotros) y perseverar (nosotros). A los periquitos les gusta gatear, empujar, dar cabezadas y arrastrar. Si queremos que tire de algo, primero le deberemos colocar el cordel en el pico. Más adelante lo cogerá por sí mismo. Si queremos que monte en un coche de juguete, deberemos colocarle en él y empujarle con un ligero golpe en la cola.
Cómo enseñar a un periquito a montar
Hagamos que el periquito se pose en nuestro dedo y lo acercamos al coche de juguete sobre el cual queremos que se monte. Le estimulamos para que salte sobre él. Repitamos la operación varias veces. Probemos de nuevo al día siguiente. Transcurrido un breve espacio de tiempo ya lo hará por sí solo.
Cómo enseñar a un periquito a trepar
A los periquitos les gusta subirse y bajarse por los laterales de su jaula. Una escalera, por tanto, resulta un elemento de fácil uso para ellos pues los peldaños vienen a ser perchas horizontales. Coloquemos la escalera en un ángulo y situemos al pájaro en el peldaño inferior. Posiblemente se moverá hacia arriba por sí mismo. Si no es así, le damos un ligero empujón para que le sirva de estímulo.
Con ello subirá el primer y segundo peldaño. Nuevo ligero empujón y otro peldaño. Repitamos esta operación de ascenso por la escalera hasta que la lleve a cabo por sí mismo de un modo regular y sin nuestra ayuda. Después de haber conseguido esto, probemos a enseñarle del mismo modo cómo descender.
Sin embargo, para infundirle confianza, situemos nuestra mano de forma que rodee flojamente su cuerpo mientras le damos muy ligeros empujones para incitarle a descender. Una vez haya conseguido dominar esta acción, subirá y bajará por la escalera como si fuera el deporte más sencillo del mundo.
Cómo enseñar a un periquito a usar el pico
Respecto a la utilización del pico, para que arrastre juguetes deberemos colocar éstos en su pico, le mostramos al mismo tiempo lo que tiene que hacer, es decir ¡tirar!. Quizá debamos ejercer algo de presión para conseguir que abra el pico. Pero estemos seguros de que lo abrirá. No debemos, por tanto, utilizar la fuerza para conseguirlo. Tan pronto como sepa cómo sujetar un juguete pronto aprenderá a llevarlo, tirando, de un lado para otro.
En los juegos que impliquen empujar, como por ejemplo mover una pelota, le colocamos el pico apoyado en ella y obligamos a caminar hacia adelante. Esto, no obstante, es algo que cabe que aprenda por sí mismo, por cuyo motivo nuestro cometido será únicamente el de proporcionarle la pelota.
Las campanillas, los espejos y otros objetos provocan una rápida reacción si le demostramos lo que se puede hacer con ellos —y algunas veces incluso si no lo hacemos—. Introduzcamos unos pocos objetos en su jaula y dejemos que practique con ellos cuando sienta deseos de hacerlo.
Normas a seguir dentro del hogar
Convirtamos en norma, el no permitir que nuestro pájaro salga de su jaula hasta tener la seguridad de que no existe ningún peligro. El viento y las corrientes de aire pueden cerrar de golpe las sueltas. Las luces piloto de las cocinas pueden quemar sus plumas.
Las ventanas de grandes dimensiones y los espejos pueden crear la ilusión de un espacio abierto en el cual le es posible penetrar. Una ventana abierta un agujero en una tela metálica es probable que sea objeto de exploración, tanto en su parte interna como externa.
El agua que mana de una ducha o de un grifo atraerá su atención y puede resultar escaldado si la temperatura de misma es muy elevada. Los aspiradores, los acondicionadores de aire, los ventiladores, las batidoras y las tostadoras pueden ser armas peligrosas si nuestro periquito vuela por la casa mientras se está haciendo uso de ellos.
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