Los renos son unos animales con cuernos peculiares adaptados a vivir en climas de extremo frío. Es muy conocido por los niños al ser los que tiran del trineo de Papá Noel o Santa Claus. En CurioSfera-Animales.com, te explicamos las características y comportamiento del reno.
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Características del reno
Lo primero que debes saber es que el reno es un animal mamífero que forma parte de la familia de los ciervos (Cervidae) y pertenece al género Rangifer tarandus. Tanto los machos como las hembras cuentan en su cabeza con grandes cuernos que recuerdan las ramas de los árboles. En las hembras son algo más pequeños y aplanados.
Sus cuernos son muy fuertes y les sirven para atacar y defenderse de sus rivales. Y también son muy grandes para atraer a las hembras. Sus patas son cortas y terminan en unas pezuñas anchas y partidas en dos, que forman una sólida base. Gracias a ello, pueden caminar incluso sobre profundas capas de nieve sin hundirse demasiado.
Su pelaje es muy tupido para poder soportar las bajas temperaturas de su hábitat natural. Normalmente el pelaje del reno es de color pardo o gris en verano y casi blanco en invierno. Siempre buscando mimetizarse o camuflarse con el entorno. El periodo de gestación o el embarazo del reno dura entre 9 y 10 meses. Por norma general, suelen tener una sola cría.
Cuánto mide un reno
El reno adulto macho puede llegar a tener hasta la altura de la cruz (dónde comienza el cuello) de 110 cm y hasta 215 cm de longitud.
La hembras suelen tener un tamaño algo menor al igual que en muchas especies. Pero debes tener en cuenta que estas dimensiones puede variar ligeramente en función de la especie de reno o caribú. Como puedes ver, el reno no es muy grande, la altura de su cabeza provista de cuernos llega apenas al pecho de un hombre pero es muy resistente, camina incansable y nada formidablemente.
Cuánto pesa el reno
Una reno macho puede llegar a pesar entre 160 y 250 kg como norma general. Existe alguna subespecie como el caribú de los bosques que incluso puede alcanzar los 300 kg. Normalmente de menor tamaño, la hembra suele tener un peso de entre 80 y 140 kg. Siempre en función del tipo de reno, claro está. Una cría de reno recién nacida puede pesar hasta 25 kg.
Cómo ven los renos
Una de las características del reno que más llama la atención es su sistema de visión ultravioleta. Es decir, pueden ver cosas que el hombre no puede. Esto les resulta muy útil para poder localizar mejor el alimento y a sus predadores en la inmensidad blanca de la nieve.
Clasificación taxonómica
- Orden: Artiodactyla
- Familia: Cervidae
- Género: Rangifer
- Especie: tarandus
Dónde viven los renos
El reno vive en el extremo norte de Europa. En concreto, los renos habitan en las heladas tierras cercanas Glacial Ártico.
Si hablamos de países, los renos viven en Escandinavia (incluida Islandia), Rusia, Groenlandia, Canadá y Alaska. En 1952 fueron reintroducidos en Escocia. El hábitat natural del reno son la tundra y las zonas de bosques de coníferas. Durante el duro invierno permanecen más resguardados en la zona de árboles. Cuándo es verano se mueven hacia la tundra para aprovechar sus pastos.
Cómo has podido ver en sus características, su anatomía está perfectamente adaptada y preparada para poder soportar estas condiciones de extremo frío y la oscuridad de los largos inviernos.
Qué comen los renos
Los renos son animales herbívoros, es decir, se alimenta de vegetales. También son rumiantes, por lo que cuentan con un estómago de cuatro cavidades.
La dieta del reno se compone de: hierbas, juncias, hojas de abedul enano y hojas de sauce, y líquenes. Incluso puede comer plantas venenosas para el ser humano, como los ranúnculos de los glaciares. Pero en caso de mucha necesitad (hambruna) se han conocido casos de que se han alimentado de pequeños roedores y pájaros, e incluso huevos. Para conseguir su alimento, los renos suelen rascar la nieve con sus pezuñas delanteras hasta encontrar comida.
Estructura social y comportamiento
El reno emigra en grandes rebaños entre sus hábitats de nacimiento y sus hábitats de invierno. Los machos normalmente se separan de la manada y son solitarios, quedando solo hembras y jóvenes, lo que propicia rebaños matriarcales. El macho sólo se une al grupo en la época de celo.
Relación entre el reno y el hombre
En las mismas tierras gélidas que habita el reno, vive el pueblo lapón. Son en su mayoría ganaderos nómadas y conducen a sus rebaños de renos hacia los pastos que por muy breve tiempo, en pleno verano, ofrecen hierbas aromáticas, flores y hojas, mientras que durante el resto del año proporcionan a duras penas musgos y líquenes.
El reno puede arrastrar durante dos días sin parar un trineo que supera en dos veces su propio peso y puede cabalgar días y días cuando tiene que emigrar en busca de nuevos y más abundantes pastos. Los lapones son excelentes pescadores y agricultores, pero su riqueza principal es el reno, del que aprovechan todo:
- Comen su carne, natural o en conserva.
- Beben su leche, con la que elaboran queso y también un licor.
- Con su pelo cardado y tejido como la lana, obtienen telas y vestidos de abrigo de vívidos colores.
- Con la piel hacen calzado y arreos y cubren sus cabañas.
- Utilizan los nervios a modo de fuertes cuerdas.
- Con los cuernos y huesos hacen armas, arpones y toda clase de utensilios.
Los lapones consumen mucha leche de reno, con la que además fabrican unos quesos excelentes. Cuando arrecia el gélido viento del norte y la familia se halla reunida bajo la tienda, la mujer lapona prepara una peculiar bebida caliente disolviendo en agua hirviente varios trozos de queso de reno. Se trata de una bebida muy energética.
Cómo emigran los renos
En la primavera los lapones abandonan las boscosas tierras meridionales donde han pasado el invierno, para dirigirse hacia los pastos montañosos del norte. Cuando emigran se desplazan en pequeños grupos de familias y guiando el rebaño de renos a lo largo de itinerarios fijos que suelen seguir el curso de los ríos.
Los ríos están todavía helados, y los lapones los utilizan como si fuesen los caminos más seguros, deslizando por ellos sus trineos cargados de provisiones. Los renos, acostumbrados a seguir siempre el mismo itinerario, se desplazan lentamente.
A medio camino, cuando la primavera se encuentra en su plenitud, el rebaño se detiene y los lapones montan las tiendas con vistas a un alto que durará algunas semanas. Es la época en que las hembras de los renos paren a sus crías, y hay que esperar a que los pequeños estén en condiciones de andar solos.
Muy pronto los pequeños renos empiezan a brincar entre las patas de sus madres y el rebaño reanuda la marcha. La meta estival se halla situada en el extremo norte, allí donde termina la tundra y empieza el océano Ártico. A lo largo de las herbosas orillas o en los islotes que puntean la costa, transcurrirá el breve verano ártico de los lapones, que luego regresarán al sur.
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