La raza de perro bulldog francés, también conocida como frenchie, es de naturaleza agradable, muy simpático, cariñoso y fácil de cuidar. Este carácter hace que esta mascota sea cada día más popular en todo el mundo. Las características de este can, de proporciones reducidas y algo regordetas hacen que su aspecto resulte enternecedor. En CurioSfera-Animales.com, te explicamos todo sobre el bulldog francés.
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Características de la raza Bulldog francés
Cabe destacar entre las características del frenchie que pese a ser un perro de talla pequeña, cuenta con un cuerpo robusto y una estructura compacta. Unos huesos sólidos y una musculatura fuerte. A pesar de sus proporciones reducidas y algo regordetas, es un perro activo, enérgico y despierto. En cuanto al carácter del frenchie, decir que es muy sociable, alegre, juguetón y despierto, es particularmente afectuoso con su amo y también con los niños. Extrovertido y sociable, es un can muy cariñoso y dulce.
Íntimamente asociado al París de la Belle Époque, su imagen es impactante. Por lo que se ha convertido en un perro popular que se ha usado mucho en publicidad. Vamos a conocerlo con un poco más de detalle y conozcamos cómo es el carácter del bulldog francés y cuáles son sus características físicas:
Carácter raza Bulldog francés
Su creciente fama se debe sobre todo a que el bulldog francés es un excelente perro de compañía, de naturaleza agradable, muy simpático y fácil de cuidar, pues no requiere de grandes atenciones en circunstancias normales. Por otro lado, no solo es entusiasta, juguetón y está siempre dispuesto para la acción y el juego, sino que además se caracteriza por no ser ni ruidoso ni mordedor
Asimismo, probablemente sea una de las razas más cómicas que existen, pues es propenso a realizar gestos y actitudes muy curiosas que lo llevan a ser reconocido como un auténtico payaso canino extrovertido y sociable.
Se lleva muy bien con los extraños y adora a su familia, con la que se muestra cercano, dulce y siempre cómplice. De hecho, se trata de un perro ideal para familias con niños, pues le gusta jugar con ellos y no se cansa nunca de hacerlo. Es paciente, cómplice y colaborador, y tan solo hay que tener el cuidado.
Además de la precaución de darles a los pequeños de la casa las indicaciones oportunas acerca de cómo deben tratar a su perro y concienciarlos de que la pequeña mascota no es un juguete, sino un ser vivo con sentimientos y con ciertos derechos que hay que respetar. Evitando que lo traten y utilicen como si se tratase de un peluche o de un objeto cualquiera.
Con otros perros también guarda una relación más que aceptable, aunque a veces puede mostrarse un poco peleón, pero nunca hasta el extremo de que ello se convierta en un problema.
Básicamente, se trata de un perro que acepta muy bien la jerarquía que se le marca. Si está bien educado y sociabilizado no plantea ningún problema. En cambio, como es un poco terco, si se le deja creer que es él quien ocupa la posición más alta dentro de la casa, entonces se puede volver algo agresivo con otros perros. Especialmente si éstos son de su mismo sexo.
- Energía: media/alta. Activo, enérgico y juguetón, no es un mero perro de lujo, por lo que precisa algo de actividad.
- Temperamento: su carácter es entusiasta, extrovertido, sociable, cariñoso y dulce, si se lo consiente mucho puede ser terco y testarudo.
- Adaptabilidad: alta. Mientras tenga la compañía de su familia, puede vivir casi en cualquier sitio.
- Sociabilidad: alta. Adora a los miembros de su núcleo familiar, le encanta jugar con los niños y es muy sociable con los desconocidos.
- Salud: buena. Puede padecer problemas respiratorios u articulares.
- Longevidad: alta. Vive entre 12 y 15 años, pero hay ejemplares que superan esa edad.
- Utilidad: desde siempre se ha utilizado como perro de compañía, pero debido a su expresividad y su buena relación con la gente se está empleando también como perro de terapia.
- Utilización: perro de compañía.
Características físicas del Bulldog francés
- Apariencia general: es un perro pequeño pero bastante robusto, con una estructura compacta y con huesos sólidos. Activo, despierto y musculoso, tiene la cabeza y la cara cortas y achatadas .
- Tamaño y talla: pequeño.
- Altura de la cruz: entre 25 y 35 cm los machos y entre 25 y 35 cm las hembras.
- Peso: entre 8 y 14 kg los machos y entre 8 y 14 kg las hembras.
- Origen: Francia.
- Cuerpo: la línea superior del cuerpo se levanta progresivamente a la altura del lomo y luego desciende rápidamente hacia la grupa, que es oblicua, y el nacimiento de la cola.
- Cabeza: ancha y cuadrada, tiene un hocico muy corto, con la trufa chata y levantada. Las mandíbulas son amplias, cuadradas y fuertes, y el maxilar inferior presenta un leve prognatismo.
- Cráneo: Es ancho y casi chato, con la frente abultada. Los arcos superciliares son prominentes y están separados por un surco muy desarrollado entre los ojos. La cresta occipital está poco desarrollada.
- Hocico: La caña nasal es muy corta y ancha, y presenta pliegues de piel concéntricamente simétricos que descienden sobre el labio superior, que es grueso, un poco flojo, colgante y se une al inferior en el centro, cubriendo completamente los dientes.
- Trufa: Ancha, muy corta y levantada, tiene las ventanas nasales bien abiertas, simétricas y extendidas oblicuamente hacia atrás A pesar de la inclinación de las ventanas y de tener la nariz levantada, el animal respira sin dificultad.
- Ojos: son grandes, redondos, ligeramente saltones y de expresión despierta. Insertos más bien bajos y separados entre sí, son de color oscuro y presentan el borde de los párpados negro.
- Orejas: de tamaño mediano, son anchas en la base y redondea as en punta; están cubiertas de una piel fina y suave al tacto. Se implantan tas en el cráneo, están más bien separadas la una de la otra y van erguí con el pabellón auditivo bien desplegado y dirigido al frente.
- Depresión naso-frontal (stop): está muy acentuada.
- Mandíbulas: son anchas, cuadradas y fuertes. La inferior presenta un leve prognatismo y traza una curva ancha.
- Cuello: corto y ligeramente arqueado, no presenta papada.
- Pecho: cilíndrico, desciende hasta bastante abajo. Las costillas son redondeadas y tienen forma de barril, mientras que la línea inferior del cuerpo presenta un vientre y unos flancos bastante levantados.
- Espalda: es ancha y musculosa, con el lomo corto y amplio.
- Miembros anteriores: vistos de perfil y de frente, tienen aplomos regulares. Los hombros son cortos y gruesos, poseen musculatura firme y visible. Los antebrazos son cortos y quedan bien separados entre sí. Los brazos, también cortos, son rectos y musculosos. Sus codos están bien pegados al pecho.
- Miembros posteriores: son fuertes y musculosos, algo más largos que los anteriores, de manera que la grupa queda elevada. Vistos de perfil y desde atrás son verticales y presentan aplomos regulares.
- Piernas: fuertes y con muslos musculosos y firmes, aunque no demasiado redondeadas. Sus corvejones son bastante bajos, ni demasiado angulosos ni demasiado rectos.
- Pies: redondos y pequeños, los llamados pies “de gato”, tienen los dedos compactos, las uñas cortas y gruesas, y las almohadillas duras, robustas y negras. Apoyados firmemente en el suelo, quedan ligeramente desviados hacia fuera. Los pies traseros son algo más compactos. Los ejemplares con el manto atigrado poseen uñas negras, pero en los que lo tienen leonado con parches blancos son oscuras.
- Cola: corta e implantada baja, es gruesa en la base pero acaba en punta en el extremo final. Anudada o doblada naturalmente, siempre va por debajo del nivel de la espalda.
- Piel: puede presentar pliegues en algunas zonas.
- Pelo: el pelaje es hermoso, corto, fino y liso, es denso y apretado. Se presenta en color leonado, a veces atigrado oscuro, y con áreas blancas que pueden llegar a ser muy grandes.
- Color: hay ejemplares de color leonado uniforme, a veces atigrado, con algunos pequeños parches blancos, pero también hay otros, igualmente leonados, con o sin manto atigrado, en los que estos parches blancos están bastante extendidos. Dentro del color leonado se incluyen todos los matices posibles, desde el rojo hasta el tono café con leche.
- Movimiento: el paso es suelto y las extremidades se desplazan paralelamente al plano medio del cuerpo.
- Clasificación FCI: FCI n.° 101. Clasificación de la FCI GRUPO 9 Perros de compañía. Sección 11 Molosoides de talla pequeña.
- Otros nombres: Frenchie / French Bulldog / Bouledogue frangais / Franzósiche BuUdogge.
Cachorro de Bulldog francés
Si estás pensando en comprar un cachorro de bulldog francés o, mejor aún, si quieres adoptar un frenchie, debes saber que con este tipo de raza de perro pequeño, si se actúa de una manera “permisiva” desde muy pequeñito, es muy probable que el animal acabe desarrollando el conocido síndrome del perro pequeño. Esto es, los consiguientes trastornos del comportamiento que ello conlleva (desobediencia, egoísmo, dominancia, agresividad…), que pueden suponer verdaderos problemas para la convivencia diaria.
Todo esto no implica en absoluto que el frenchie sea un perro de difícil convivencia, de adiestramiento complejo, ni que no sea apto para propietarios inexpertos. Al contrario, puede resultar ideal como raza de iniciación para personas que no han tenido nunca un perro.
Si durante la etapa de cachorro se somete al animal a un buen adiestramiento y, sobre todo, a una extensa sociabilización, es casi seguro que el bulldog francés se convertirá en una mascota agradable. Será pacífica y feliz con la que se podrá ir a cualquier lugar y que no presentará problemas para relacionarse ni con personas desconocidas ni con otros perros.
Pero a veces, al igual que sucede con muchas otras razas pequeñas, de las llamadas razas de perros de compañía a este can se le tiende a dar un trato algo “consentido”, como si de un niño o un eterno bebé se tratara, y, como además es un perrito muy simpático y divertido, se le permiten muchos más caprichos de los que se debería, lo cual casi siempre deriva en problemas de conducta que luego requieren soluciones más costosas y, en ocasiones, muy difíciles de conseguir.
Educación y adiestramiento del Bulldog francés
Por el contrario, el bulldog francés necesita contar con un dueño fuerte y firme, capaz de ostentar con naturalidad un liderazgo sólido y de llevarlo adelante con rigor. Pero también con una cierta flexibilidad, sin caer por ello en la laxitud.
No se debe confundir disciplina con mano dura. Los perros en general, y esta raza en particular, necesitan y se benefician mucho de las rutinas, de los métodos de trabajo coherentes y repetitivos que dejan bien claro qué se pide en cada momento al animal y qué se espera de él. Sin dar lugar a malinterpretaciones y a la posibilidad de que el perro elija un camino alternativo, optando por hacer las cosas a su manera.
No obstante, si es muy recomendable tener siempre la precaución de buscar el consejo y el asesoramiento de personas más experimentadas. Así como acudir o un centro canino o a un grupo de trabajo donde poder colaborar en equipo con otras personas y otros perros. Muchos de los cuales posiblemente se hallarán en las mismas circunstancias.
Compartir la experiencia de la educación del perro puede resultar muy enriquecedor, además de que proporciona diferentes puntos de vista que a veces llevan a la solución de muchos pequeños problemas.
Alimentación del Frenchie
Como se ha visto, este can es activo, juguetón y enérgico, por lo que el ejercicio debe formar parte de su rutina. Tanto para ejercitar su musculatura y estar en buena forma física, como para quemar sus excesos de energía y mantenerse sano y equilibrado mentalmente.
Pero, además, esta actividad física supone un mecanismo fundamental para tener a raya el sobrepeso, uno de los males más extendidos no solo en ésta sino en casi todas las razas caninas actuales. Y es que al bulldog francés le vuelve loco la comida, por lo que tiene una gran tendencia a engordar.
Es muy importante, pues, procurarle una alimentación rica en nutrientes, que sirven para mantener en forma la musculatura, y con el nivel de grasas apropiado. Éstas son imprescindibles para el correcto funcionamiento y la buena salud de ojos, piel, pelo, etcétera. Sin un aporte excesivo de calorías para evitar en la medida de lo posible que el animal esté obeso.
Además de hacer que el perro se sienta pesado, se canse antes y vea reducida su agilidad, movilidad y resistencia, el sobrepeso puede provocar efectos negativos. Que sin duda repercutirán directamente en la salud del animal.
Por ejemplo, aumenta la incidencia de los problemas respiratorios, que pueden llegar a resultar fatales. E incrementa exponencialmente las posibilidades de que el perro padezca enfermedades cardiovasculares o articulares.
Por todo ello, el mejor consejo para garantizar la salud de los ejemplares de esta raza es mantenerlos en su peso ideal utilizando un alimento equilibrado y sano, y sometiéndolos a las dosis de ejercicio adecuadas a la edad y condición de cada animal.
Salud y enfermedades raza Bulldog francés
En general, éste es un perro sano cuya longevidad supera la media de las razas caninas, pues se dan numerosos casos de frenchies que viven más de 15 años sin problemas aparentes. Aun así, existen una serie de afecciones que son propias de este perro y que están directamente relacionadas con la especial conformación o morfología de la raza.
En primer lugar, como el bulldog francés es una raza cuya popularidad ha crecido de manera exagerada en los últimos años, se ha dado una demanda muy alta de cachorros.
Esto ha hecho que en muchos casos algunos criadores de bulldog francés hayan llegado a utilizar como reproductores a ejemplares que no eran los más indica dos para ello, puesto que no cumplían con todas las características deseadas. Y se han convertido, así, en transmisores de algunos problemas fácilmente evitables con una selección seria, responsable y rigurosa.
Este perro, por ejemplo, es braquicefálico, es decir, que la longitud de su hocico es bastante más pequeña, en proporción, que la del cráneo, y una de las consecuencias más evidentes de esta peculiar estructura es que suelen darse dificultades respiratorias. Originadas por una cana nasal muy corta.
Asimismo, también es bastante frecuente que se desarrollen diversas anormalidades como un paladar laxo, un exceso de tejidos en la garganta, o una nariz y unas fosas nasales atrofiadas, con los cambios y dificultades que dichas condiciones pueden causar en la laringe.
Es importante, por tanto, cuidar mucho todo lo relativo a la capacidad respiratoria de este can y eliminar de los planes de cría a los ejemplares que presenten cualquiera de estos problemas.
Esto es así ya que los animales que padecen estos síntomas respiratorios experimentan un gran estrés al mínimo esfuerzo y ven muy limitada su capacidad para moverse en libertad, hacer ejercicio. E incluso, simplemente caminar cuando el ambiente es demasiado cálido o húmedo.
Por otro lado, este pequeño animal también se caracteriza por ser condrodistrófico, lo cual significa que su desarrollo óseo esquelético resulta algo anormal.
Tiene unas vértebras cortas y unas extremidades largas. Lo cual puede acabar derivando en determinados problemas articulares si no se cuida adecuadamente el desarrollo del perro.
Por ejemplo, en muchas ocasiones se da un acortamiento inapropiado de la columna que provoca malformaciones vertebrales. Incluso la degeneración de los discos invertebrales por un excesivo estrés y sobrecarga. Lo cual origina problemas y serias dificultades en el movimiento.
El frenchie, de por sí, posee un cuerpo corto y compacto, pero que guarda unas proporciones correctas. Un ejemplar excesivamente corto lo que se encuentra con dificultades para utilizar sus extremidades en toda su extensión, de manera nítida y correcta. Hecho que deriva en un movimiento errático y desviado que, a su vez, acaba provocando problemas articulares de diferente gravedad.
Asimismo, otra consecuencia secundaria originada por una columna corta es la disminución de la caja torácica y de la capacidad pulmonar. Con lo cual también se agravan los problemas respiratorios.
Otro de los puntos débiles de este perro son sus ojos, grandes y redondos. A veces, padecen diversas afecciones como un desarrollo anormal de los párpados o cataratas. Y también la piel puede ser una fuente de problemas. Especialmente en los perros de color blanco, por lo que, en general, se debe extremar el cuidado y la limpieza de la zona con arrugas.
A pesar de todo esto, y aunque la descripción de las afecciones más comunes de la raza puede asustar a quienes se acercan a ella por primera vez, hay que reiterar que en sí el bulldog francés es una raza sana y longeva. Puede vivir muchos años en perfectas condiciones. Lo importante, es tener la precaución de recurrir siempre a criadores serios, responsables y verdaderamente preocupados por el fomento de su raza.
Éstos no utilizan nunca a ejemplares que estén afectados por alguna de estas alteraciones. De modo que, en la medida de lo posible, se asegura que este problema no se transmita a futuras generaciones.
Así, a la hora de seleccionar ejemplares de la raza se debe huir de aquellos que presenten evidentes dificultades respiratorias. También, si tienen ojos muy prominentes o que no puedan cerrar completamente los párpados. Observar que no tengan un cuello demasiado corto o una nariz muy pequeña, o bien que presenten una espalda demasiado corta.
También se debe tener en cuenta, sobre todo aquellas personas que tengan en mente hacer criar alguna vez a su bulldog francés, que debido a su especial conformación, con cabeza muy grande y pelvis estrecha, la mayoría de las veces los partos de esta raza deben ser resueltos mediante cesárea. Esto no deja de ser un riesgo añadido tanto para las madres como para sus cachorros.
Una vez que ya se tiene la mascota en casa, la mejor estrategia de salud que puede seguir su propietario es actuar de manera preventiva, acudiendo con regularidad al veterinario.
Así, cumplimentar los pertinentes programas de vacunación y de desparasitación, interna y externa. Establecer la pauta de visitas regulares en las que revisar el estado de la boca, los ojos, los oídos, la piel y el pelo. Y, llevar un estricto control de la evolución de su peso en las diferentes etapas de su vida.
Cuidados específicos de la raza Frenchie
Por lo general, el bulldog francés es un perro limpio al que no le gusta nada la suciedad. Es una verdadera crueldad mantenerlo confinado en un lugar pequeño y poco higiénico.
Tampoco se trata de la raza más apropiada para vivir en una perrera, ya que le gusta la compañía permanente de su familia. Sin embargo, se adapta bien a vivir en cualquier parte, sin importar que sea una gran casa de campo o un pequeño apartamento en el centro de la ciudad.
Por otro lado, sí bien es cierto que se trata de un perro de compañía, no por ello es un animal de lujo. Es decir, que no se conforma con pasar los días dormitando en una cestita a los pies del sofá y acompañando a sus dueños a comprar el periódico.
Al contrario, es una raza activa, un deportista con un cuerpo pequeño y fuerte que disfruta practicando un abanico amplio de actividades, siempre que se adapten a su físico y a sus posibilidades.
En este sentido, hay que guardar ciertas precauciones con el agua ya que debido a su especial conformación morfológica algunos ejemplares tienen importantes dificultades para nadar, lo que puede implicar serios riesgos para su vida.
En relación con los cuidados estéticos del bulldog francés, dado que se trata de una raza de pelo corto, su mantenimiento es bastante simple y sencillo. No obstante, como es un animal que muda el manto de manera casi continua, es de gran utilidad darle un cepillado semanal para ayudarle a eliminar todo el pelo muerto. Sobre todo en aquellos casos en que la mascota vive dentro de la casa y comparte la mayor parte de su tiempo con los miembros de la familia.
También es importante cuidar y limpiar las arrugas que se le forman en la cara. Hay que procurar que estén siempre libres de suciedad y, en la medida de lo posible, secas. Para lo cual se pueden emplear sin problemas toallitas especiales, similares a las utilizadas para desmaquillar.
Por último, cuando el animal está realmente sucio se lo puede bañar, con la precaución de secarlo luego muy bien y no dejarlo húmedo a la intemperie. Conviene aprovechar el momento del baño para revisar el estado de las uñas y cortarlas si es necesario, con cuidado de no llegar a la parte carnosa.
Con estas pocas atenciones, los propietarios de un bulldog francés disfrutarán de un animal sano, divertido y alegre que llenará sus vidas de momentos muy especiales y divertidos.
De hecho, por su comicidad y gracias a la extraordinaria conexión que existe entre esta raza y las personas en general, está destacando en los últimos años como un excelente perro de terapia. Comparte su tiempo y reparte alegría entre niños y ancianos enfermos o en situaciones de necesidad.
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