Como todos los seres vivos, también nuestra tortuga puede enfermar. Su bienestar depende precisamente de la mirada atenta de su dueño, capaz de entender si algo no funciona y poder ponerle remedio inmediatamente. En CurioSfera-Animales.com, te damos los mejores consejos para evitar que una tortuga enferme y puedas disfrutar siempre de tu mascota.
No te pierdas las características de las tortugas
Qué hacer para que mi tortuga no caiga enferma
La receta para asegurar a nuestra tortuga una vida sana, larga y feliz, es un lugar adecuado, en términos de temperatura y exposición a los rayos solares (o en su caso lámparas con la misma función) y una alimentación adecuada. Además de estas reglas fundamentales, existen también pequeñas acciones cotidianas que permiten prevenir los posibles malestares y curar más pronto las molestias que nuestra pequeña amiga no es capaz de explicarnos.
Cómo reducir los riesgos de enfermedad en las tortugas
He aquí una especie de decálogo sobre los comportamientos que debemos adoptar para reducir el riesgo de enfermedades o, al menos, favorecer una rápida curación.
Observar su comportamiento
Debes observar atentamente su comportamiento. Esto nos permitirá descubrir cuanto antes los primeros síntomas de malestar. La tortuga es un animal de costumbres. Por ello, si detectas un comportamiento anormal, puede ser un síntoma de enfermedad.
Ambiente adecuado
Crear un ambiente de vida que respete sus necesidades. Son importantes sobre todo la temperatura y la humedad, incluso sobre la base de los consejos que nos dé el veterinario durante la primera visita de control. Se deben tener en cuenta las variaciones entre el día y la noche y entre estaciones.
Evitar roces
Para el mobiliario del terrario de una tortuga, utilizar rocas y otros materiales que no sean demasiado ásperos. En caso contrario, con el paso del tiempo el roce continuo puede provocar molestas irritaciones del plastrón.
Una alimentación de calidad
Escoger y seguir siempre la correcta alimentación es fundamental para la salud de tu tortuga. Según los expertos, aproximadamente el 80 % de las enfermedades de las tortugas son causadas por una alimentación equivocada.
Necesita luz solar
Debes asegurarle la cantidad de rayos solares que necesita. Los más importantes son los ultravioletas, naturales o suministrados por una lámpara adecuada.
Evitar el estrés
Debes evitar al máximo los factores estresantes. Por ejemplo, no molestarla cuando tiene ganas de estar tranquila. En cualquier animal, ser humano incluido, el estrés reduce la capacidad que tiene el organismo para reaccionar ante las dificultades de la vida.
Cuarentena
En presencia de síntomas de malestar, debes ponerla en cuarentena. Manteniendo a la tortuga bajo estricta observación durante al menos un par de semanas y, sobre todo, separándola de posibles compañeras para evitar contagios, es fácil comprender si está incubando alguna enfermedad.
Una limpieza correcta
Cuidado con la limpieza, especialmente en un acuaterrario. Unas condiciones de suciedad favorecen mucho más la multiplicación de los microbios (y para ellos generalmente, convertirse en una tribu es solo cuestión de horas).
Cambio de agua frecuente
Debes cambiar el agua a tu tortuga a menudo. Esta regla es válida siempre, pero con mayor motivo si la tortuga no se encuentra bien, porque el agua es el medio ideal para la reproducción de los microbios.
Impedir el letargo si tiene problemas de salud
Durante el letargo, todas las actividades del organismo se ralentizan y, claro está, también la rapidez con la que la tortuga puede reaccionar contra las enfermedades.
La primera visita de control
A diferencia de otros animales domésticos como perros, gatos o conejos, las tortugas no deben llevarse al veterinario para que las vacunen. Sin embargo, después de haber comprado una, es útil hacer una visita de control para asegurarse de que todo va bien.
Al escoger el veterinario es importante acudir a una persona que tenga una buena experiencia con reptiles, porque las enfermedades de estos animales son completamente distintas a las de los perros y los gatos.
Una buena idea para ayudar al veterinario en su trabajo es preparar un cuaderno, reflejando la fecha de compra de la tortuga, el origen, las medidas, el peso, la frecuencia de las comidas, el tipo de comida que toma más a menudo u otros datos que puedan serle útiles.
Importante: Este artículo es meramente informativo. Siempre recomendamos que en primer lugar acudas a un veterinario de confianza con tu mascota.
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