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Origen de la cacatúa

Los primeros animales vertebrados con capacidad completa de vuelo fueron los reptiles conocidos como pterosaurios. Hicieron su aparición hace aproximadamente 190 millones de años. En CurioSfera-Animales.com, te explicamos el origen de la cacatúa.

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Origen de la cacatúa y su evolución

La evolución de la vida en nuestro planeta constituye un tema muy complejo y, aun cuando generaciones de científicos han dedicado mucho tiempo a su estudio, se puede decir que apenas si se ha arañado la superficie del mismo.

La palabra “evolución” tiene varios significados, pero para nuestros fines podemos elegir una de las definiciones dadas en el diccionario. Evolucionar denota “aparecer de forma gradual”, lo cual viene a ser la expresión operativa. Sin embargo, esta expresión puede ser considerada casi como una minimización si consideramos que la aparición gradual de formas superiores de vida a partir de las inferiores ha requerido cientos de millones de años.

origen de la cacatúa

Antes de mediados del siglo XIX, el hombre tenía ideas muy singulares acerca de esta cuestión. Hasta que un científico británico de nombre Charles Darwin (1809-1882) expuso la teoría de la evolución. A través de una selección natural en su libro, El origen de las especies publicado en 1859.

En aquella época dicho punto de vista provocó una gran controversia. Muchas personas eran incapaces de imaginar la vida con un origen distinto que el de las fuerzas divinas. Sin embargo, a través del tiempo transcurrido, la evidencia proporcionada por los fósiles y los métodos de investigación modernos, demostraron que dicha teoría es en su mayor parte correcta.

Orígenes de la cacatúa

Es un hecho generalmente aceptado el que los pájaros, y los mamíferos, han tenido su origen en grupos diversos de reptiles primitivos. Una teoría sencilla respecto a cómo aparecieron es la siguiente: En un momento en que la forma de vida más elevada en nuestro planeta era la de los reptiles, algunos de ellos de reducido tamaño y parecidos a los lagartos resultaban muy vulnerables respecto a otros de mayores dimensiones y de tipo carnívoro. Lo cual daba lugar a que se refugiasen en los árboles para poder escapar.

Ni que decir tiene que los depredadores no se sentían muy felices con esta situación. Para contrarrestarla también se desarrollaron lo suficiente para poder perseguir a sus presas por entre las ramas. Dichas presas dieron un paso más en su desarrollo y aprendieron a escapar saltando de un árbol a otro o de uno de ellos al suelo. Las que eran demasiado lentas en llevarlo a cabo se convertían rápidamente en víctimas.

Se infiere que las que contaban con el peso y la estructura corporal más conveniente también eran las que podían saltar más lejos y con mayor rapidez que las restantes. Las cuales fueron extinguiéndose gradualmente.

De generación en generación, y paso a paso, estas pequeñas mutaciones que favorecían la supervivencia de las especies fueron desarrollándose de modo gradual. Los dedos se hicieron más largos y se unieron entre sí mediante membranas, se formaron una especie de alerones de piel a lo largo del cuerpo.

El desplazamiento que hasta aquel momento se había efectuado a través de saltos, se vio sustituido por descensos de tipo paracaidista. Y por planeos, lo cual hacía posible cubrir distancias considerables por el aire.

La capacidad de vuelo, se desarrolló por los invertebrados (insectos), pero las exigencias para que pudieran hacer lo propio los vertebrados tenían un carácter más complejo. Por su estructura más pesada eran mayores los problemas planteados para vencer la fuerza de gravedad.

El vertebrado volador redujo a este fin su peso desarrollando unos huesos huecos y llenos de aire. Mientras la fuerza de sus alas debía ser lo bastante grande como para sostener todo el cuerpo.

Vuelo de la cacatúa

Debía contar con unos músculos poderosos en sus extremidades anteriores para accionar las alas. Lo cual suponía que el esternón debía aumentar de tamaño para una correcta fijación de los mismos. Los primeros animales vertebrados con capacidad completa de vuelo fueron los reptiles conocidos como pterosaurios, los cuales hicieron su aparición al comienzo de la era jurásica, o sea hace aproximadamente 190 millones de años.

Se han descrito un elevado número de especies fósiles, la mayoría de las cuales son relativamente pequeñas, pero algunas de ellas tenían una envergadura de alas de 15 metros o más. Su esqueleto era, superficialmente, como el de un pájaro, pero se cree que carecían de plumas y eran de sangre fría. Los pterosaurios se extinguieron hacia finales de la era cretácea (hace 70 millones de años aproximadamente).

Evolución de la cacatúa

Se cree que estos reptiles voladores no pudieron resistir la competencia planteada por los pájaros. Los cuales comenzaron a evolucionar en las postrimerías de la era jurásica (hace 140 millones de años aproximadamente), y alcanzaron un elevado nivel de desarrollo y un grado apreciable de diversidad al término de la era cretácea.

Al igual que los pterosaurios, los pájaros probablemente tuvieron su origen en los reptiles arbóreos pero no se cuenta con la evidencia de fósiles para demostrar la existencia de una conexión entre ambos.

Los pájaros evolucionaron de un modo distinto. Las escamas existentes en el cuerpo de los reptiles se transformaron en plumas. Las cuales no solo resultaron de ayuda para mejorar la capacidad de vuelo, sino que además aislaron el cuerpo e impidieron la pérdida de calor. Incrementando de esta forma el ritmo metabólico y haciendo posible el poder disponer de más energía y de una mayor eficiencia.

Los restos fósiles de pájaros son escasos pero los que se consideran como más antiguos se encontraron en las rocas calizas de Solnhofen, en Baviera (Alemania). Al pájaro fósil se le dio el nombre de Archaeopteryx lithographica, el cual significa literalmente “ser alado antiguo grabado en piedra”. Aun cuando su anatomía era muy similar a la de ciertos reptiles fósiles, la obvia presencia de plumas, ha dado lugar a que fuese clasificado como pájaro.

Desgraciadamente, los buenos fósiles de pájaro son muy escasos y solo presentes en puntos muy alejados entre sí. Sus frágiles huesos y plumas tienden a aparecer muy mal conservados. Y a ello ha contribuido el que los restos de un pájaro raramente tenían tiempo de quedar totalmente petrificados antes de descomponerse por completo.

Desde la era cretácea hasta el momento actual, han transcurrido 65 millones de años aproximadamente. Y son pocos los fósiles de pájaro conocidos correspondientes a este periodo. Haciendo con ello casi imposible el poder demostrar cuál ha sido el proceso seguido desde los primeros ejemplares hasta llegar a los actuales. Se infiere, por tanto, que la mayor parte de nuestros conocimientos sobre esta cuestión se halla representada por teoría pura aun cuando lógica.

Con la enorme variedad de pájaros existentes en nuestro planeta hoy en día resulta posible imaginar, sin embargo, que la evolución hasta llegar a las formas actuales es resultado de un proceso largo y complicado.

Las diferencias de hábitat han conducido a que los pájaros sean una de las clases más diversas entre los vertebrados modernos. Con casi 8.500 especies vivientes, solo superada por la de los peces teleósteos. Habitan en casi todos y cada uno de los rincones del globo, desde los océanos a las cimas de las montañas. Y desde las selvas húmedas de las regiones ecuatoriales a las regiones polares.

Las adaptaciones a la enorme diversidad de hábitats han llevado a los pájaros a desarrollar una asombrosa gama de formas, colores y costumbres. Como ejemplo podemos citar el enorme avestruz sin capacidad voladora que vive en la sabana africana. También, los diminutos colibríes de América, los pingüinos casi totalmente acuáticos del Antártico y las majestuosas águilas que cabe ver en la cima de las montañas.

Un grupo relativamente reducido de pájaros, en los que nos hallamos aquí interesados, es el del orden de los psitaciformes. El cual comprende una sola familia, la de los psitácidos, que incluye alrededor de 328 especies distribuidas en 77 géneros.

Las cacatúas, de las cuales solo existen 17 especies, se clasifican algunas veces como una familia por derecho propio (cacatúidos). O, probablemente de modo más correcto, como una subfamilia de los psitácidos (cacatuinos). Como ayuda para comprender mejor de qué modo las cacatúas encajan en la compleja estructura de la evolución vale la pena prestar una breve atención a su clasificación.

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