En su origen el perro Shiba inu era utilizado como perro de caza. En CurioSfera-Animales.com, te contamos el origen e historia de la raza Shiba Inu.
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Origen de la raza Shiba Inu
Los shiba se conocen en Japón desde los tiempos primitivos. El hábitat de este can era el área montañosa frente al Mar del Japón, y en su origen fue utilizado como perro de caza. Existían ligeras diferencias entre las diferentes razas, en función de las áreas en donde se las criaba. Igualmente se las conocía con nombres distintos: shinshu shiba, raza perteneciente a la prefectura de Nagano; mino shiba, de la prefectura de Gifu, y sanin shiba, de Sanin, en la zona sudoccidental de Honshu, la isla principal del archipiélago.
Conforme fueron importándose perros de Inglaterra, como los setters o los pointers, durante el periodo comprendido entre los años 1868 y 1912, la caza fue convirtiéndose en un deporte más popular en Japón. El cruce del shiba empezó a ser algo muy frecuente.
Ello hizo que fuera poco habitual encontrar un shiba puro. Así, entre 1912 y 1926 se experimentó una reducción drástica de los shibas puros. Por lo cual, a partir de 1928, los cazadores y otras personas concienciadas, comenzaron a preocuparse para que la raza se conservara pura. Iniciándose formalmente una campaña para mantener las pocas líneas de sangre pura existentes.
En 1934, se unificó finalmente su estándar y, en 1937, fue declarada monumento natural. A partir de entonces se mejoró la selección y la crianza hasta que se consiguió obtener la magnífica raza que se conoce en la actualidad.
En japonés la palabra shiba se utiliza tanto para definir algo pequeño como para nombrar los matorrales propios de la zona del país donde su utilizaban estos perros para la caza. Otros autores defienden que alude al color de dicha vegetación, que está en consonancia con el pelaje rojizo del shiba.
Esta raza es una de las más populares en su país de origen, y así ha sido desde hace muchísimos años. Aunque tras la Segunda Guerra Mundial estuvo a punto de desaparecer. Gracias a los programas de cría impulsados por el gobierno nipón y a la incipiente notoriedad que la raza empezaba a cobrar en el extranjero. En poco tiempo se superó la crisis y la inminente extinción se convirtió en una historia de éxito imparable.
Excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en los montículos de conchas de los pueblos de cultura jomon (que vivieron entre los años 11.000 y 500 a.C.), muestran que éstos tenían unos perros de tamaño entre mediano y pequeño que, para numerosos estudiosos, estarían detrás de muchas de las actuales razas japonesas.
Además, en función de la región y de los terrenos en los que viviera cada grupo de perros, se desarrollaron de una u otra forma, pero conservando siempre muchas características comunes. Lo cierto es que si se examina cualquiera de las razas de perros japoneses de tipo spitz, se observa que las similitudes entre ellas son algo más que un asunto meramente casual. La teoría de este tronco común está siendo cada vez más aceptada.
Parece ser que los shiba se desarrollaron en tres regiones diferentes de Honshu, la isla principal del archipiélago, donde se los conocía con nombres distintos: shinshu shiba, en Nagano; mino shiba, en Gifu, y sanin shiba, en Sanin, la región más sudoccidental, frente a Corea del Sur. En el año 1928 el Gobierno de Japón reconoció a la organización Nihon Ken Hozonkai, popularmente conocida como Nippo, como la responsable de velar por salvar de la extinción a las razas caninas japonesas.
El resultado de este trabajo fue que entre 1934 y 1936, se proclamó como monumento o tesoro natural nacional a la mayor parte de estas razas. Entre ellas el shiba, en un intento de afianzar el orgullo nacional y de dar reconocimiento a un grupo de animales representativos del país. Se quería, por un lado, promocionar y, por otro, mantener a salvo de la cada vez mayor influencia extranjera en los diferentes aspectos de la vida de un país tan tradicional como Japón.
Poco tiempo después estalló la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y durante este periodo casi todos los mino shibas y los sanin shibas desaparecieron. Sólo los shinshu shiba consiguieron sobrevivir en mayor medida, gracias a que vivían en zonas rurales más remotas. Apartadas de las grandes ciudades objetivo de la contienda.
La conservación de estos ejemplares fue lo que permitió que se pudieran establecer programas serios de cría, de selección y de recuperación. Pero, la primera consecuencia de estos programas fue la mezcla de distintas sangres y variedades, en un intento de salvaguardar todos los ejemplares existentes. De manera que se dio lugar así a un nuevo tipo mixto, que es el que caracteriza a la raza en la actualidad.
En 1948, se fundó el Japan Kennel Club (JKC), la sociedad canina japonesa, que contaba con el reconocimiento gubernamental para actuar como asociación nacional de todas las razas caninas. Desde un principio reconoció los registros de todos los perros provenientes del Nippo, organismo que, en cambio, no dio reconocimiento a la oficialidad de los pedigrís del JKC.
Como el Nippo había redactado un estándar del shiba muy exhaustivo, fruto de un profundo trabajo científico sobre la raza durante los años más duros de su recuperación, el JKC lo adoptó como propio, como hizo posteriormente la FCI, organización de la que Japón es miembro de pleno derecho.
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