Las pajareras para cacatúas pueden adoptar múltiples formas y ser de muchos tamaños. Se pueden adquirir prefabricadas o, en el caso de que seamos habilidosos, construir una pajarera para cacatúas nosotros mismos. En CurioSfera-Animales.com, te explicamos cómo fabricar una pajarera.
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Empezar a fabricar la pajarera para cacatúas
Antes de comenzar la construcción de una pajarera para cacatúas casera, debes saber que la estructura de las pajareras para cacatúas (y otros grandes loros), debe ser mucho más resistente que la requerida para la mayoría de otras clases de pájaros. Los poderosos picos de los psitácinos resultan muy adecuados para destruir madera. La utilización de ésta en los marcos debe venir acompañada de buenas medidas de protección.
Una pequeña cacatúa de compañía como la cacatúa carolina o la cacatúa galah puede ser instalada en una reducida pajarera totalmente metálica. Algunas de las cuales se ofrecen en el comercio dotadas de ruedecillas. Así, hacen posible el desplazarlas fácilmente al aire libre o hacia el interior del hogar según sea el tiempo atmosférico prevaleciente.
Estas pajareras generalmente miden unos 180 cm de altura y 90 cm de lado en su base. Su ventaja, en comparación con una jaula, es que el pájaro hará mucho más ejercicio. Trepando de un lado a otro y además permite la colocación de perchas adicionales.
Para las cacatúas de cría algo más grandes como la cacatúa alba, la cacatúa galerita o la cacatúa sulphurea, resulta esencial disponer de una gran pajarera, preferiblemente instalada al aire libre. Sin embargo, antes de proceder a su montaje conviene considerar unos pocos puntos importantes.
El tamaño, como es lógico, dependerá del espacio disponible. Asegurémonos además de que no vamos a contravenir ninguna ordenanza municipal sobre urbanismo. Discutamos también con nuestra familia y los vecinos los diversos aspectos que su presencia puede implicar. En particular que no invadirá el campo de visión o reducirá el nivel de luz diurna de las propiedades contiguas.
Recordemos asimismo que las cacatúas son pájaros bulliciosos que lanzan estridentes chillidos, cómo la cacatúa de las Molucas, y que a algunas personas, como es lógico, no les complace demasiado soportar la molestia que ello supone. Tenemos además que instalados enjaulas o en pajareras metálicas, los pájaros pueden hacer mucho ruido trepando por los barrotes.
Por consiguiente, es mucho mejor discutir previamente nuestras intenciones con las personas potencialmente afectadas y obtener su aprobación. Antes de seguir adelante en lugar de correr el riesgo de tener que desmontar una pajarera cara e impopular en una época posterior.
En general puede afirmarse que la pajarera para cacatúas es más adecuada para quienes cuentan con un gran jardín. Para aquellos que solo disponen de un patio de reducidas dimensiones y además con vecinos cerca, a menos que éstos sean extremadamente comprensivos, es más complicado.
Dónde construir la pajarera para cacatúas
La posición de la pajarera dependerá del clima. Si vivimos en una región templada con inviernos fríos, lo mejor es instalarla arrimada a una pared orientada hacia el sur. En el hemisferio sur prevalecerá, como es lógico, la situación opuesta. Así, se protege a los pájaros contra los gélidos vientos del norte y del nordeste.
En dicha área también será preciso construir un resguardo de recia estructura para que sirva de defensa contra las corrientes de aire y la humedad. Quienes tengan la fortuna de vivir en climas tropicales o subtropicales cuentan con una gama más amplia de posibilidades para instalar su pajarera. Pero, conviene adoptar medidas para que estén al abrigo de vientos fuertes, tormentas y un exceso de rayos solares.
Como elemento de protección se pueden instalar pantallas constituidas ya sea por tablas de madera o por unos setos adecuados. Mediante una planificación cuidadosa y artística resulta posible crear un espacio extremadamente atractivo formado por la pajarera y su entorno.
Para los aficionados entusiastas que cuentan con el espacio y los medios económicos necesarios para poder criar diversas especies o disponer de varias parejas de una especie particular. La primera pajarera debe ser construida de modo que permita ampliaciones subsiguientes a medida que aparezcan necesarias.
Lo mejor es elegir un espacio llano para nuestra pajarera o, en el caso de que no haya ninguno disponible, nivelar un terreno de dimensión apropiada. A menos que la pajarera vaya a ser muy grande, cuanto más grande mejor para la cría de cacatúas, lo más conveniente es recubrir el suelo con cemento o losetas de piedra.
Recuerda que algunas especies como la cacatúa abanderada o leadbeateri les encanta caminar por el suelo. Si bien es cierto que la hierba tiene un aspecto atractivo, también lo es que alberga parásitos y, aparte tal circunstancia, los pájaros pronto acabarán con ella. Esto, unido a unos cuantos aguaceros, convertirá nuestro recinto con bella hierba en un gran lodazal en un breve espacio de tiempo.
En lugar de que la estructura de nuestra pajarera esté en contacto directo con el suelo (dando lugar con ello a que la madera se pudra o que el metal resulte corroído por la humedad, y además se facilite un fácil acceso a las alimañas) es más aconsejable montarla sobre un muro de poca altura constituido por bloques de cemento o ladrillos.
Los paneles, ya sean de metal o de madera, pueden ser adquiridos ya montados o construírnoslos nosotros mismos. Para los primeros se utiliza tubo de hierro así como ángulo de igual metal o de aluminio. Los marcos pueden ser taladrados y unidos después entre sí mediante pernos mientras que la tela puede ser fijada a ellos mediante soldadura o con ayuda de tiras metálicas sujetas con tornillos.
Todo el metal debe ser tratado con un producto antioxidante o anticorrosivo de buena calidad, someterlo después a imprimación y finalmente proceder a pintarlo (preferiblemente de un color oscuro para evitar los reflejos y con pintura no tóxica).
Los marcos de madera resultan más atractivos pero es preciso protegerlos en su parte interna, ya que en caso contrario los pájaros pronto darán cuenta de ellos. Lo mejor es utilizar montantes de 75 x 75 mm para los puntos angulares y de 75 x 50 mm para las posiciones intermedias.
La tela metálica se fijará a la parte interna de los marcos de modo que los recubra, aplicando después sobre ella unas tiras metálicas inmovilizadas mediante tomillos que servirán como protector de la madera.
La dimensión mínima de una pajarera destinada a albergar una pareja de cacatúas deberá ser de 3 m de longitud por 1,5 m de anchura y 2 m de altura. Además convendrá que con carácter adicional cuente con un resguardo, en el caso de climas filos. O un espacio parcialmente cubierto, si el clima es cálido. Que mida por lo menos 1,5 x 1,5 m de base por 2 m de altura.
Construir una pajarera paso a paso
Tras haber decidido la dimensión de nuestra pajarera (y determinado el tamaño de los paneles si la intención es adquirirlos) procedamos a marcar el perímetro y a excavar una zanja a lo largo del mismo (con inclusión del resguardo). Nos aseguramos en todo momento de que el centro de dicha zanja coincide con la línea representativa del perímetro.
En cuanto a la dimensión de la zanja conviene señalar que 30 cm de anchura y 25 cm de profundidad son suficientes para el fin propuesto. Para la determinación del nivel deberemos introducir varias estacas de madera a intervalos regulares en el centro de la base de la zanja.
Y, con ayuda de un nivel de burbuja y un listón totalmente recto asegurarnos de que la parte superior de las estacas se encuentran todas a una misma altura.
Tras esta verificación la operación siguiente consistirá en rellenar la zanja con hormigón. Compuesto de una parte de cemento, dos partes de arena y cuatro partes de gravilla limpia. Y compactarlo de modo que la superficie coincida con el extremo superior de las estacas. De este modo conseguiremos un nivel uniforme para la base de hormigón a lo largo de todo el perímetro.
Dejemos que transcurran 24 horas para que se produzca el fraguado y poder dar comienzo a la construcción de un pequeño muro de ladrillos inmovilizados con mortero. Una parte de cemento y cuatro partes de arena. Este muro puede discurrir a lo largo de todo el recinto (área de vuelo y resguardo) con una altura de 30 cm. Pueden colocarse pernos (en sentido invertido) o vástagos metálicos introducidos entre las juntas de los ladrillos. Para que posteriormente puedan utilizarse como medio de anclaje de los marcos.
Una vez construido el muro de ladrillos, puede extenderse, tratándose de pajareras de reducida dimensión, una capa de gravilla en el suelo antes de proceder a recubrirlo con unos 5 cm de hormigón. Asegurémonos de dejar un orificio de desagüe en uno de los ángulos y de que el suelo cuente con una ligera inclinación hacia él.
En cuanto al suelo del resguardo podemos situarlo a mayor altura de forma que su nivel coincida con la parte superior del muro de ladrillo. Como medida previa a su construcción será preciso colocar primero una hoja de polietileno u otro material impermeable. Con ello nos aseguraremos de que va a mantenerse permanentemente seco una vez levantado el resguardo.
Después de que todo el mortero y el hormigón hayan fraguado, podrá llevarse a cabo la fijación de los marcos sobre el muro de ladrillo. El resguardo, se puede recubrir con tablas machihembradas o solapadas u otro material duradero.
También será preciso procurar que el recinto disponga de un número adecuado de ventanas. A los pájaros no les gusta entrar en lugares sumidos en la oscuridad, aparte de las cajas de nidificación, durante el día.
La cubierta debe sobresalir de la estructura. Siendo preferible que su inclinación se halle orientada en sentido contrario al punto en que se encuentra la pajarera. De todos modos, lo mejor es instalar un canalón y un tubo de desagüe para recoger toda el agua de lluvia.
Otro extremo a tener en cuenta es que la cubierta debe estar protegida con un material adecuado. El cual puede ser desde tela asfáltica hasta tejas. Dependerá tanto del grado de perfección a que aspiremos, como de nuestras posibilidades económicas.
Si para la cubierta se utilizan materiales sintéticos transparentes, será preciso no olvidar que deberá contarse con una ventilación adicional dentro del resguardo. Con un tiempo muy caluroso es posible que la temperatura en su interior aumente hasta niveles muy acusados.
A continuación deberán fijarse los paneles laterales de la pajarera a los del área de vuelo y proceder por último a la colocación de los que forman la cubierta. La tela metálica galvanizada es probablemente la mejor para su utilización en el área de vuelo. A tal fin una malla de 2,5 cm resulta ideal (si existe la posibilidad de que surjan problemas con los ratones será mejor valerse de una malla de 12 mm).
Si la pajarera de que disponemos junto con su correspondiente resguardo es de grandes dimensiones, resulta una medida aconsejable el que la entrada al recinto se efectúe a través de dicho resguardo. Con ello éste hace las veces de porche de seguridad para impedir la fuga de algún ejemplar nervioso.
Si no se opta por esta solución entonces deberá construirse un porche de seguridad adjunto al área de vuelo. El cual nos permitirá entrar a través de una puerta y cerrarla después antes de abrir la que da realmente acceso a dicha área. Evitando con ello cualquier huida.
La fase final de toda la labor incluye revestir el resguardo con madera contrachapada o tablero aglomerado. Y asegurarse de que no sobresale parte alguna a partir de la cual los pájaros podrían comenzar a roer.
Debe tenerse en cuenta a este respecto que les resulta imposible iniciar este hábito en una superficie totalmente plana. Pero sí en cambio en un empalme o en un ángulo, motivo por el cual resulta preciso proteger estos puntos mediante tiras de aluminio.
A la parte interna puede aplicársele una pintura de tonalidad clara que no sea tóxica. Para tratar de aumentar la intensidad de la luz disponible y facilitar las labores de limpieza.
Si tenemos suficiente espacio, resulta aconsejable ampliar el resguardo incorporando al mismo un corredor de servicio. De este modo se puede entrar en él e inspeccionar los pájaros a través de la tela metálica de su área de vuelo interna sin que sufran perturbación alguna. Y, aparte de ello, se dispondrá de un espacio en el que no sólo será posible almacenar comida, equipo diverso, etc., sino también cubierto en el que poder trabajar cuando el tiempo sea inclemente.
En el caso de querer construir una batería de pajareras, los resguardos deben estar situados en posición contigua y el corredor de servicio discurrir a lo largo de todos ellos. Si se instalan ventanas en sectores ocupados por pájaros, será necesario protegerlas mediante un marco dotado de tela metálica que se instalará en su parte interna. Evitando de este modo que puedan precipitarse contra los cristales y se lesionen. Y permitiendo asimismo abrirlas en tiempo caluroso para conseguir una ventilación adicional.
Los pájaros entrarán en el resguardo y saldrán de él hacia el área de vuelo a través de un orificio adecuado para tal fin. Para la mayoría de las especies de cacatúas, dicho orificio no debe tener unas medidas inferiores a 30 x 30 cm. Debe estar situado en posición elevada y contar con una repisa en su base para permitir a los pájaros posarse en ella tanto en el momento de descender como en el de elevarse en vuelo.
Se debe instalar una puerta corredera (de utilidad si debe procederse a una captura o a una separación por cualquier motivo) que se deslice a lo largo de guías colocadas a ambos lados del orificio y que se pueda accionar con ayuda de una cadena desde la parte externa de la pajarera de modo parecido a un rastrillo.
Si la puerta corredera está constituida por una pesada lámina de metal es muy improbable que se atasque en las guías. Alternativamente dicha puerta puede deslizarse en sentido horizontal mediante una varilla que sobresalga a través de la tela metálica del recinto. Al abrir y cerrar una de estas puertas deberá extremarse el cuidado para que no quede atrapado en ellas algún pájaro.
Algunos aficionados optan por encerrar a sus pájaros en el resguardo por la noche. Ahora bien, aun cuando esta medida no constituye una mala idea para las frías noches de invierno, no resulta recomendable durante la época de cría ya que da lugar a perturbación y además generalmente muestran deseos de comenzar a deambular por el área de vuelo tan pronto como amanece.
Si disponemos de una batería de pajareras instaladas de modo contiguo, puede ser de utilidad el contar con unos orificios adicionales y controlables que permitan pasar de un área de vuelo o resguardo al siguiente. Esto facilitará el traslado o la recuperación de pájaros cuando sea necesario.
Calefacción e iluminación de la pajarera
Aun cuando la mayoría de especies de cacatúas son extremadamente resistentes y teóricamente pueden sobrevivir incluso a los más fríos inviernos con tal que dispongan de una dieta adecuada y de una acomodación seca y exenta de humedades, resulta aconsejable proporcionarles el calor suficiente en su resguardo para asegurarles un entorno libre de escarcha.
A este fin resultan ideales los calefactores eléctricos tubulares de reducido tamaño y modesto precio. Nuestro establecimiento habitual de animales de compañía podrá aconsejarnos acerca del mejor sistema que podemos utilizar en nuestra situación. El control de la temperatura con ayuda de un termostato también contribuirá a mantener a un nivel bajo las facturas de electricidad.
La iluminación es una cuestión diferente. La brevedad de los días invernales en algunos de los puntos en que predominan climas muy fríos hará que los pájaros no dispongan del tiempo suficiente para que puedan ingerir la cantidad necesaria de comida antes de que todo quede sumido en la oscuridad.
Sobre todo cuando crían, los pájaros deben disponer de por lo menos 12 horas dé luz diurna para poder llevar a cabo los deberes esenciales que impone el cuidado de sus polluelos. En la mayoría de resguardos, un solo tubo fluorescente, preferiblemente del tipo denominado «luz diurna», puede ser utilizado durante las mañanas y los atardeceres para ampliar artificialmente el horario diurno.
Con un gasto mínimo se puede instalar un conjunto de conmutadores automáticos y de reguladores de voltaje que proporcionarán un sistema de iluminación casi natural, incluida la propia del amanecer y del atardecer.
Elementos decorativos en la pajarera
Debido a los lamentables hábitos destructivos de las cacatúas, resulta prácticamente imposible disponer de una pajarera decorada de forma atractiva y con plantas en su interior como podría ser por ejemplo el caso tratándose de fringílidos y piquiblandos.
Todas las plantas serían destruidas casi inmediatamente y el césped arrancado en un breve espacio de tiempo. Por consiguiente, en lugar de tratar de decorar una pajarera en la que estén instaladas cacatúas, es mejor centrar el esfuerzo en la pulcritud y el nivel de limpieza.
Las ventajas que ofrece un suelo de hormigón ya han sido consideradas anteriormente, y se puede añadir un par de gruesas rocas con fines decorativos. Aparte de ello cabe incluir, con el mismo fin, perchas constituidas por ramas naturales de árboles o arbustos que no sean tóxicos. Dichas ramas pronto serán reducidas a astillas, pero su sustitución es fácil y además sin que cueste habitualmente un céntimo.
Evitemos los árboles tóxicos, como el codeso, el tejo o la adelfa, y si no estamos seguros respecto a alguno abstengámonos de utilizarlo. Para actuar sobre seguro lo mejor es valerse de ramas de frutales o bien del roble o de la haya.
Las ramas de forma retorcida o extraña pueden ser dispuestas de modo atractivo dentro de la pajarera. Deben fijarse firmemente para evitar la posibilidad de que se caigan y causen alguna lesión a los pájaros.
La corteza, las hojas y las yemas pueden dejarse en ellas, pero resulta aconsejable someterlas a una buena limpieza. Aplicarles agua a presión con ayuda de una manguera para eliminar cualquier elemento polucionador peligroso (deposiciones de pájaros silvestres, insecticidas, etc.) antes de su utilización.
En lugar de valerse de un simple recipiente para el agua, quizás un pequeño estanque especialmente construido para tal fin, rodeado de rocas y con guijarros limpios en su interior, puede constituir un elemento atractivo dentro de una pajarera por otra parte carente de cualquier detalle decorativo.
Resulta fácil el instalarlo uniendo con cemento un cierto número de rocas naturales y éstas al suelo. De modo que queden dispuestas cubriendo las tres cuartas partes de un círculo. Después se sitúa una hoja de plástico impermeable en el centro de dicho círculo con el reborde levantado y cubriendo parte de la base de las rocas.
Se vierte entonces una cantidad adecuada de cemento (no excesivamente húmedo) sobre el plástico. Y con ayuda de una paleta se presiona hacia afuera hasta formar una especie de cuenco apoyado en las rocas y cubriendo dicho plástico.
En cuanto al lado en el que no hay roca alguna (generalmente la parte frontal), el cemento se modela de manera que adopte la forma de un reborde de baja altura para así retener el agua. Cuando el cemento, frague parcialmente puede alisarse con ayuda de un cepillo de cerdas suaves. Así eliminar las imperfecciones que haya podido dejar la paleta. La profundidad del agua no debe ser superior a los 7,5 cm para evitar cualquier accidente.
Debe señalarse que aun cuando las cacaeos, son relativamente inofensivos para los pájaros. Estos preservantes prestan mayor atractivo a la madera que la pintura. Ya que resaltan en lugar de esconder el veteado y además son de tonalidad menos oscura. La madera nueva de una pajarera debe recibir una buena capa de preservante desde el primer momento. Ello hará que no precise de mantenimiento alguno durante otros dos años por lo menos.
Cuando se haga una aplicación de dicho producto no deberemos instalar o introducir de nuevo nuestros pájaros en el recinto, hasta que el secado sea completo. A tal fin pueden trasladarse a jaulas o a una pajarera de repuesto, si se dispone de ella, mientras se lleva a cabo la labor de mantenimiento.
Todos los componentes metálicos utilizados en la construcción de una pajarera deben ser resistentes a la corrosión (aluminio o hierro galvanizado). Si con todo hubiere entre ellos alguno susceptible de sufrir oxidación, el mismo deberá ser objeto de una aplicación regular de un buen esmalte (no tóxico).
Asegurémonos asimismo de que no existen rebordes agudos o mellados en las diversas piezas metálicas. Ni tampoco cabos de alambre punzantes que puedan suponer un riesgo de lesión para los pájaros.
Aparte de la labor diaria de suministro de comida, limpieza e inspección, deberá también llevarse a efecto un aseo general del área de vuelo y del resguardo una vez por semana. Salvo durante la época de cría, en que lo aconsejable es no hacer este cometido hasta que los polluelos ya hayan alcanzado un nivel seguro de desarrollo.
Toda la arena, las deposiciones y otros restos, tienen que eliminarse del suelo y de las paredes. Las perchas deben ser fuertemente restregadas y lavadas con agua jabonosa.
Cada 12 meses será preciso someter el resguardo a una limpieza más profunda. Utilizando para tal fin, una solución de agua tibia con lejía. La cual provocará la muerte de todos los gérmenes o parásitos que estén escondidos entre las rendijas y las grietas.
Una vez se hayan secado las paredes puede aplicarse una capa de pintura de buena calidad si se estima necesario. Ventilemos acto seguido el recinto y asegurémonos de que se halla totalmente seco antes de dejar que regresen a él los pájaros. Señalemos por último que la labor descrita es mejor efectuarla a lo largo de un día cálido y fuera de la época de cría.
Un problema que a menudo se plantea en las áreas de vuelo internas y en los recintos avícolas es la acumulación continuada de polvo. Integrado por finas partículas de comida, arena, deposiciones y plumas. Si se permite dicha acumulación, tal circunstancia puede ejercer un efecto pernicioso sobre los pájaros. Con su vuelo remueven dicho polvo y el mismo permanece suspendido durante bastante tiempo en el aire.
Si no se adoptan medidas puede provocar asma y otros problemas respiratorios (algunas veces tanto al cuidador como a los pájaros). Una innovación moderadamente reciente en el ámbito de la avicultura es el ionizador negativo. Este elimina de modo efectivo los organismos que flotan en el aire y fuerza al polvo a que se pose rápidamente de nuevo.
Accionado mediante electricidad, el ionizador es de precio reducido, consumo barato y claramente ventajoso tanto para los pájaros como para su cuidador. Debido a la considerable mejora que con su utilización experimenta el medio ambiente. Nuestro proveedor habitual de material avícola tendrá sumo placer en aconsejarnos sobre las ventajas que ofrece un ionizador.
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