Los insectos y el hombre están estrechamente ligados entre sí, ya que convivimos en el mismo planeta. Por ello, tanto el ser humano como los “bichos” mantenemos una interacción constante. Las acciones que un grupo realizar, afectará tarde o temprano, en mayor o menor medida, al otro. En CurioSfera-Animales.com, te explicamos cómo ha sido y cómo es la relación entre los insectos y el hombre. Conoce en qué benefician estos bichos al hombre y en qué lo perjudican.
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Cuándo aparecieron los insectos
Debes saber que los insectos aparecieron en la Tierra mucho antes que el hombre, incluso antes que los dinosaurios. Surgieron hace más de 250 millones de años y, por lo que parece, tienen intenciones de permanecer entre nosotros por mucho tiempo.
¿Los insectos son amigos o enemigos?
Los “bichos” son unos seres sorprendentes y muy interesantes. Se suele creer que cuanto más grande es un animal, más fuerza posee. Es verdad, no hay duda, pero sólo hasta cierto punto. Hay seres vivientes que tienen la fuerza muscular de una ballena o un elefante, pero en relación al tamaño de su cuerpo, ningún animal supera a los insectos.
Una hormiga lleva cargas pequeñas, pero estas cargas pesan diez, cincuenta o cien veces más que ella. Si las hormigas fuesen tan grandes como nosotros, levantarían sin esfuerzo un camión. Mucho más fuerte que el ser humano.
La libélula, pese a medir pocos centímetros, alcanza en vuelo una velocidad de 90 kilómetros por hora. Hechas las debidas comparaciones, es como si un avión construido por el hombre volase a 30.000 kilómetros por hora. Si además consideramos su capacidad de supervivencia en el transcurso de los milenios, superando toda clase de adversidades, llegaremos a la conclusión de que los insectos son extraordinarios.
Como curiosidad, hace unas decenas de años, se inventó un potente insecticida llamado DDT. Pareció que se había encontrado el arma definitiva contra los insectos. Hoy se ha llegado a la conclusión de que este veneno prácticamente hace más daño al hombre que a los insectos, los cuales, por ironías de la vida, se han hecho más fuertes que antes.
La cantidad de insectos que pueblan nuestro planeta no es simplemente inmensa: es casi incalculable. Hasta hoy los científicos han catalogado ya más de 1 millón de especies de insectos. Pero esto no queda aquí, ya que hay millares de especies aún desconocidas. No es pues de extrañar que el hombre identifique cada año unas 6.000 nuevas especies.
Si pensamos que cada especie comprende un número impreciso de miles o millones de individuos, entenderemos por qué los insectos constituyen verdaderamente un mundo misterioso y aparte, un mundo que, en muchos aspectos seguirá siempre siendo particularmente extraño y curioso.
Relación entre los insectos y el hombre
La relación entre el hombre y los insectos, no obstante, es variada e importante. Solamente el uno por ciento de éstos son nocivos. Parece poco, pero es suficiente para causar innumerables estragos a la humanidad.
El diez por ciento de nuestras cosechas agrícolas se pierde por culpa de los insectos. Hay una interminable serie de orugas y larvas, entre ellas la dorífora, que vive en las plantas de la patata y devora las hojas. Muchas chinches salvajes, con su picadura, confieren un sabor desagradable a la fruta. También los longicornios, de largas antenas, causan daños a las plantas y las raíces. Y no olvidemos a las langostas, que en algunos países son un verdadero azote.
Incalculables son asimismo los daños originados por los insectos parásitos del hombre y de los animales. Moscas, pulgas, mosquitos, garrapatas, chinches, piojos y tábanos, por sólo citar a los más notables, constituyen un verdadero ejército enemigo capaz de causar trastornos y a veces graves enfermedades.
Recordemos al mosquito anofeles, que por medio de su picadura transmite la malaria; la mosca tse tse, aún abundante en África y responsable de la enfermedad del sueño. El mosquito de la fiebre amarilla, que vive en los países tropicales y provoca la terrible enfermedad, y la mosca común, que transporta toda clase de gérmenes nocivos, entre los que están los del cólera. También la garrapata, transmisora de muchas enfermedades como la fiebre hemorrágica viral.
¿Se deben exterminar los insectos?
Si hay tantos insectos malignos para el hombre, es lógico que se plantee esta pregunta. Pero la verdad es que, aunque tuviéramos medios para ello, no convendría hacerlo en absoluto.
Los insectos, incluso los dañinos, ocupan un puesto importante en la naturaleza. Junto con los demás seres vivos, efectivamente, contribuyen a mantener el equilibrio natural. Los insectos proporcionan alimento a muchas especies de peces, anfibios, reptiles, aves y mamíferos. Sin los insectos, estos animales no podrían sobrevivir y el reino animal sufriría mutaciones que nos es totalmente imposible de prever.
Muchísimas plantas, además, comprendidas las útiles al hombre (por ejemplo los árboles frutales), se multiplican gracias al polen que los insectos transportan pegado en sus patas o cuerpo de una planta a otra, como es el caso de las abejas.
Se puede afirmar que, si no existieran los insectos, la vegetación de nuestro planeta sería muy escasa, lo que causaría la muerte de muchos animales que se nutren de substancias vegetales. Es preciso luchar contra los insectos nocivos, no hay duda, pero usando con cautela los medios a nuestro alcance para no poner en peligro nuestra salud ni el delicado equilibrio de la naturaleza.
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