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Pointer Inglés: Origen e Historia

El pointer inglés se originó en Inglaterra a principios del siglo XVIII. Presume de ser uno de los perros con más tradición en todo el mundo. La Federación Cinológica Internacional lo distingue con su estándar número 1 de entre un catálogo de cerca de 350 razas diferentes. En CurioSfera-Animales.com, te contamos el origen e historia de la raza pointer inglés.

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Origen histórico del Pointer inglés

Los estudiosos e historiadores de la raza afirman con gran rotundidad que el origen del perro pointer inglés se encuentra en el antiguo perro de muestra español. Un can más grande y pesado que el actual pointer inglés. Según parece, llegó a Gran Bretaña a principios del siglo XVIII, una vez firmada la Paz de Utrecht y coincidiendo con el regreso a su país de las tropas inglesas que habían participado en la Guerra de Sucesión española.

Más o menos en la misma época llegaron también a las Islas Británicas algunas otras razas de muestra europeas, como el braco italiano y los bracos franceses. Éstas, en mayor o menor medida, fueron utilizadas en distintos cruces para ir dando lugar a la selección inicial del pointer inglés.

El refinamiento en las formas y otras características especiales de este perro, como su excelente sentido del olfato, pueden explicarse con la intervención en su formación de razas como el foxhound inglés, el galgo inglés, o greyhound, e incluso el bull terrier, que le aportaron valor y tenacidad en el campo.

El uso del pointer como perro de muestra es anterior incluso a la generali­zación del uso de armas de fuego para la caza. En aquellos estadios iniciales su función era rastrear y mostrar las piezas para que el cazador llegase hasta el sitio y las capturase, generalmente con el uso de redes especiales.

procedencia pointer inglés

Se puede considerar que el tipo racial definitivo quedó establecido hacia finales del siglo XVIII. Y desde entonces, ha sufrido muy pocos cambios. La raza ha sido reconocida casi desde sus orígenes como una de las más privilegiadas y aptas para ser usadas en la caza. En este caso, especialmente en la de pluma, lo que favoreció su expansión internacional rápida, temprana y muy sólida.

La Federación Cinológica Internacional (FCI) reconoció el valor de este can y su popularidad en todo el ámbito internacional otorgándole el estándar racial número 1 dentro de su extenso catálogo de razas.

Y otras instituciones expresan su admiración hacia este perro utilizándolo como imagen de su logoti­po, como ocurre con el Westminster Kennel Club neoyorkino, entidad que organiza la exposición ca­nina más antigua del mundo, la cual luce la imagen de un ejemplar de pointer llamado Sensation en su logo promocional.

Muchas de las razas de muestra continentales son en realidad el compendio de lo que se considera el perro de caza versátil, un animal que entre sus habilidades incluya la caza, la muestra y el cobro, de modo que pueda realizar todos los trabajos junto al cazador.

Pero los ingleses, en cambio, se carac­terizan por mostrar cierto afán en seleccionar perros de caza especialistas en cada una de las facetas de esta actividad. Así, han conseguido disponer de diferentes perros especializados en cada uno de esos trabajos, y en todos ellos han buscado, sin lugar a dudas, conseguir la excelencia absoluta en el desarrollo de sus habilidades.

Razas que intervinieron en la creación del pointer inglés

Como hemos comentado, en la formación definitiva de esta raza, además del modelo original de perro de muestra continental procedente de España, de Francia y de Italia, intervinieron cuatro razas más. Es el caso del galgo inglés, el foxhound, el perro de Saint-Hubert y el bull terrier, cuya elección no fue pre­cisamente cosa del azar. Al introducirlas en el proceso de selección se estaban buscando objeti­vos muy concretos.

Como es lógico, el uso de razas tan diferentes en el desarrollo y la evolución del pointer no obedeció al capricho de los criadores. Más bien, a la necesidad de fijar determinadas características o de desterrar algunas otras que se consideraban indeseables. Todo ello con el objetivo de obtener un perro magistral para su uso en la caza.

Galgo inglés o greyhound

Los galgos ingleses, también conocidos como greyhounds, eran perros muy populares en la Ingla­terra del siglo XVIII, e incluso antes, pues era frecuente verlos trabajar de forma combinada con los primitivos pointers en la caza del conejo y de la liebre. Estos últimos localizaban a la presa y la ponían en fuga, mientras que los greyhounds la atrapaban, en una época en que aún no se habían introducido las armas de fuego en el ejercicio de la caza.

Por eso, cuando los cazadores empezaron a buscar un aumento de la velocidad y la agilidad en el pointer, iniciaron unos cruces selectivos con estos galgos, algunos de cuyos rasgos todavía son fáciles de identificar en los pointers actuales. Es el caso del cuello largo y arqueado, la línea ventral recogida, un pecho muy desarrollado, un punto de elegancia añadi­do, la textura y naturaleza del manto, e incluso la forma de los pies y de las manos.

Como aspecto negativo, en ocasiones se encuentran también ejemplares con el dorso demasiado curvado, una grupa redondeada que rompe la imagen de línea superior uniforme y, en menos ocasiones, cráneos estre­chos, hocicos puntiagudos o la conocida y antiestética «cola de galgo».

No obstante, la característica negativa heredada de estos galgos que aparece con mayor recurrencia en los pointers es la pelvis o cadera inclinada, la cual afecta a la conformación general de los cuartos traseros y produce un movi­miento defectuoso.

Perro de Saint-Hubert o bloodhound

Por otro lado, el perro de Saint-Hubert, llamado también bloodhound, es uno de los sabuesos por excelencia y está dotado de un olfato y de una memoria olfativa prodigiosa.

Evidentemente, el pro­pósito de realizar cruces con esta raza fue el de acentuar en el pointer su capacidad para captar los vientos y los rastros en el campo. Pero como resultado también se produjeron influencias físicas y temperamentales de diferente signo. En especial una mayor corpulencia, fuerza y resistencia, así como una dulcificación del carácter, con lo que se consiguió un perro más dócil y manejable.

Una in­fluencia excesiva del perro de Saint-Hubert produce ejemplares de pointer con formas más toscas, que se evidencian sobre todo en la línea ventral, en cabezas más pesadas con orejas muy largas y con exceso de píeles, y en unos pies redondos y grandes poco característicos.

También es frecuente ver cómo algunos ejemplares con el olfato muy desarrollado se mueven llevando la cabeza muy baja, casi a ras de suelo. En un intento de captar los rastros en tierra, a diferencia de la evolución típica de la raza, que busca los vientos, es decir, los rastros aéreos, con un porte de cabeza mucho más elevado.

Foxhound

En la segunda mitad del siglo XIX, en cambio, fueron muy significativos los cruces con foxhounds. Algunos criadores defendían que con la sangre de esta raza se conseguía aunar las virtudes buscadas en el galgo inglés y en el perro de Saint-Hubert, pero con la ventaja de que se atenuaban mucho sus efectos negativos.

En efecto, el foxhound también es un perro duro, tenaz y resistente con muy buena nariz y pasión por la caza. Pero que, además, aportaba una mayor capacidad pulmonar y un costillar más desarrollado, y dulcificaba el temperamento del animal, facilitando así su manejo, especialmente en el campo.

Su influencia excesiva se manifiesta en unos hombros demasiado rectos, un cuerpo más tosco y menos estilizado, una cabeza de líneas menos definidas, con las orejas coloca­das más bajas, y la ausencia del hocico en forma de plato, con la nariz levantada para poder captar los vientos de manera tan magistral como suele hacer el pointer.

Bull terrier

La cuarta raza que se empleó en el desarrollo de este magnífico perro fue el bull terrier. El motivo: aumentar el valor y la tenacidad mermadas por la intervención de los galgos.

Este terrier, valeroso e inteligente, aportaba también una mayor aptitud para el adiestramiento. Su influencia se puede apreciar en la generalización del color blanco en la raza. Y, sólo en algunos casos, en una cabeza un poco basta y con ausencia de stop. De hecho, el cruce con esta raza fue el menos popular de todos, pues muchos criadores consideraron que era una apuesta arriesgada, ya que sólo buscaba aportes temperamentales y, en cambio, producía una evidente diferencia del aspecto físico.

Ver cómo es el carácter de la raza Pointer inglés

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