La raza de perro Boyero de Flandes se caracteriza por su gran tamaño y por su impresionante aspecto. Pese a su fiera apariencia, bien educado, es un can de comportamiento dócil y calmado. Su temperamento paciente, obediente y valiente lo hace idóneo como buen perro pastor. En CurioSfera-Animales.com, te explicamos el carácter y características del Boyero de Flandes.
Carácter de la raza Boyero de Flandes
El carácter del boyero de Flandes es calmado y racional, hace gala de una audaz sensatez. Su buen comportamiento denota que posee una gran inteligencia, alto nivel de energía y gran valor.
- Energía: Nivel alto. Es un atleta canino, necesita imperiosamente hacer ejercicio intenso a diario.
- Temperamento: Rústico, fuerte y valiente, es dominante y enérgico. Pero también es muy obediente, calmado, paciente y responsable, de fácil adiestramiento.
- Adaptabilidad: Media. Se adapta a la vida en casa sólo si se lo educa a una edad temprana.
- Sociabilidad: Media. De naturaleza dominante y carácter fuerte, necesita tener muy claro quién posee la autoridad. Es paciente con los niños y leal a su familia.
- Salud: Muy buena. No suele enfermar, y muestra una gran resistencia al dolor.
- Longevidad: Media. Vive de 10 a 12 años.
- Utilidad: Muy versátil. Perro de pastor excelente, es un buen animal de compañía, vigilancia, guardia, utilidad, guía para personas invidentes o en competiciones de ring.
¿Cómo se comporta con otros animales?
En principio, acepta bastante bien a otros perros siempre que se cumplan dos condiciones: por un lado, que se lo haya acostumbrado a su presencia desde edad muy temprana, y, por otro, que se intente evitar relacionarlo con perros que puedan cuestionar su posición en la familia y que den lugar a disputas por la supremacía, ya que éstas podrían llegar a ser muy violentas.
En ese sentido, un propietario experimentado y paciente puede llegar a conseguir que su boyero de Flandes se comporte amigablemente con los otros animales, pero nunca podrá estar tranquilo al cien por cien. Dado su alto nivel de energía, las carreras, persecuciones y los juegos competitivos entre diferentes perros suponen una actividad perfecta para ellos, ya que no sólo se ejercitan físicamente, sino que también juegan y se relacionan en el plano social.
En cambio, si las otras mascotas de la casa no son perros, sino otro tipo de animal, hay que tener algo más de cuidado, pues el boyero no considera que estén a su nivel y puede ser que se vuelva contra ellas, en especial contra los gatos, con los que su relación no es precisamente amigable.
¿Es un buen perro para la familia?
Al contrario de lo que pudiera parecer por su apariencia y temperamento, es un extraordinario perro de compañía que, además, tiene una paciencia y un comportamiento exquisitos con los niños. De una lealtad a toda prueba, se adapta a sus condiciones de vida sin quejarse lo más mínimo, y sí está física y mentalmente realizado, en casa es tranquilo y se ocupa sólo de sus asuntos sin crear problemas.
Características del Boyero de Flandes
Las características físicas del boyero de Flandes hacen que tenga un aspecto poderoso e impresionante. Sobre todo, gracias a su cabeza grande, cuadrada, con grandes cejas y barba. La apariencia general de esta raza se caracteriza por lucir una estructura física cuadrada, es muy fuerte y musculoso, pero sin apariencia pesada.
¿Cómo es físicamente la raza Boyero de Flandes?
Cuerpo
El cuerpo de los ejemplares de la raza boyero de Flandes es musculoso y compacto, pero ágil y flexible, sin apariencia de pesadez. Muestra una estructura corporal cuadrada, pues la longitud del cuerpo es igual a la altura a la cruz. En los machos ésta es de unos 65 cm, mientras que en las hembras, algo más bajas, es de unos 62 cm.
Sus ojos tienen forma ovalada y no son ni prominentes ni muy hundidos. De color oscuro y con los párpados negros, reflejan una expresión amistosa y vivaz. Las orejas están implantadas altas, a algunos ejemplares se les amputan para darles forma triangular, pero si están enteras son de tamaño mediano y caen a los lados de las mejillas.
Cabeza
La cabeza de esta raza es de apariencia maciza aunque proporcionada. Tiene el stop poco marcado, pero como las cejas están levantadas, lo hacen más visible de lo que es en realidad.
Cola
Su cola sigue la línea de la columna vertebral y por lo general suele amputarse, dejando sólo dos o tres vértebras, excepto en los países en que esta práctica no está permitida. Los pies son redondeados, cortos y compactos, con los dedos juntos y bien arqueados. Están dotados de almohadillas gruesas y duras, y de unas uñas fuertes y negras.
Pelo
El pelo de la superficie y el del fondo forman una capa protectora muy tupida que se adapta perfectamente a las bruscas variaciones atmosféricas de la región de origen de la raza. Es áspero al tacto, seco y mate, no demasiado largo ni corto (de unos 6 cm). Ligeramente desgreñado, no llega a ser lanudo ni rizado.
Sobre la cabeza es más corto, y algo raso sobre la parte exterior de las orejas, cuyo pabellón interno queda protegido por un pelo bastante largo. El labio superior está cubierto de abundantes pelos táctiles y en la barbilla luce una barba tupida que le da al perro esa expresión huraña tan característica de la raza.
Las cejas presentan pelos levantados que acentúan la forma de los arcos de las cejas sin cubrir los ojos. El pelo que cubre la parte superior de la espalda es particularmente duro e hirsuto. Es ligeramente más corto sobre las extremidades, pero siempre áspero.
Estándar de la raza Boyero de Flandes
- Origen: Francia y Bélgica.
- Tamaño y talla: Grande.
- Altura a la cruz: entre 61 y 69 cm los Machos y entre 58 y 66 cm las Hembras.
- Peso: entre 30 y 40 kg los Machos y entre 27 y 35 kg las Hembras.
- Utilización: Pastoreo y guarda.
- Otros nombres: Flanders Cattle Dog / Bouvier des Flandres / Flandrischer Treibhund / Vlaamse Koehond.
- Apariencia general: Compacto, de cuerpo corto y fornido, y miembros fuertes y musculosos, se ve fuerte pero no pesado.
- Cabeza: De apariencia maciza, aspecto que se ve acentuado por la barba y los pelos táctiles de la cara, está proporcionada al cuerpo y al tamaño del perro .
- Cráneo: Bien desarrollado y plano, es un poco menos ancho que largo.
- Depresión naso-frontal (stop): Está poco marcada. Las cejas levantadas la hacen más visible de lo que realmente es.
- Hocico: Ancho, fuerte y recto, se estrecha gradualmente hacia la región de la nariz, aunque nunca es puntiagudo.
- Trufa: Está bien desarrollada, redondeada en sus bordes y siempre de color negro, con las ventanas muy abiertas.
- Mandíbulas: Son fuertes y de longitud uniforme. Los dientes son también fuertes, blancos, sanos y de implantación uniforme. La dentadura es completa y con mordida en tijera.
- Ojos: De expresión franca y enérgica, no son prominentes ni hundidos. Ligeramente ovalados, son de color oscuro y tienen los párpados negros.
- Orejas: De implantación alta, se suelen cortar en forma de triángulo, en proporción al tamaño de la cabeza. Son muy rectas y tienen gran movilidad. Si no están cortadas, el pabellón cae verticalmente sobre las mejillas sin formar pliegues ni doblarse.
- Cuello: Es fuerte, musculoso y se agranda gradualmente hacia la región de los hombros. Es suelto y está bastante levantado, con la nuca un poco arqueada y sin papada.
- Cuerpo: Es fuerte, robusto y corto.
- Espalda: Corta, ancha, musculosa y bien acentuada, no es floja, pero sí flexible.
- Pecho: Es ancho y desciende hasta el nivel de los codos, con las primeras costillas levemente arqueadas.
- Cola: Es relativamente alta y está alineada con la columna vertebral. Por tradición, excepto en los países en que esta práctica está prohibida, se corta, dejando sólo dos o tres vértebras.
- Miembros anteriores: Son muy musculosos y poseen huesos fuertes. Vistos de frente, son perfectamente rectos y paralelos.
- Hombros: Son bastante largos, musculosos, sin dar apariencia de pesadez y moderadamente oblicuos.
- Antebrazos y brazos: Rectos, paralelos entre sí y perpendiculares al suelo, son musculosos y de huesos fuertes.
- Miembros posteriores: Son poderosos, de musculatura acentuada y están bien aplomados. Vistos desde atrás, son paralelos. Se mueven en los mismos planos que los miembros anteriores.
- Piernas: Son anchas, musculosas y largas.
- Rodillas: Visiblemente situadas sobre la línea recta imaginaria que parte de la punta más alta de la cadera, se encuentran perpendiculares al suelo.
- Corvejones: Tocan casi el suelo, son anchos y, vistos desde atrás, son rectos y perfectamente paralelos cuando el perro está en reposo.
- Pies: Son cortos, redondos y compactos, con los dedos juntos y arqueados. Las uñas son fuertes y negras, y las almohadillas, gruesas y duras.
- Movimiento: Es suelto, libre y altivo. El paso y el trote son los más usuales, aunque a veces se encuentran perros con paso en ambladura.
- Piel: Está bien adherida al cuerpo, sin flacidez excesiva. El borde de los párpados y de los labios es siempre muy oscuro.
- Pelaje: El pelo es de doble capa, áspero, seco, desgreñado, de unos 6 cm de largo y un poco ondulado. En la parte superior del cuerpo es más duro y rústico.
- Color: Generalmente es gris, moteado o carbonado. A veces es negro zaino, y en otras ocasiones presenta una estrella blanca en el antepecho.
- Clasificación FCI: FCI nº 191. Grupo 1 – Perros de pastor y perros boyeros (excepto boyeros suizos) Sección 2 – Perros boyeros (excepto boyeros suizos).
Educación y adiestramiento del Boyero de Flandes
A pesar de su apariencia intimidatoria, el boyero de Flandes es un perro muy obediente y al que le gusta agradar a su amo, hecho que lo ha reconvertido de simple perro pastor a una de las razas favoritas para el adiestramiento de guarda y defensa: combina cualidades como la calma, la paciencia, el entusiasmo y la responsabilidad, con una gran fuerza, un carácter sólido y un fiero valor.
Es, además, una de las razas más perspicaces a la hora de aprender los comandos rápidos que se utilizan en el adiestramiento tradicional. Una vez aprende una orden, ya no la olvida nunca y, si bien no es tan rápido en el aprendizaje como algunas otras razas, sí que lo hace de manera mucho más permanente y estable. Lo mejor es adiestrarlo con un sistema equilibrado y consistente, sin emplear una fuerza o una dureza excesivas e innecesarias, dejando bien claro quién es su jefe, pero estableciendo la autoridad de manera natural, sin forzarla.
No es, por tanto, la mejor raza para un principiante. Con un dueño pusilánime, inseguro o débil, se puede convertir en un animal muy dominante y difícil de controlar, en cambio, si está bien trabajado y tiene un dueño que sabe convertirse en su referente y su guía, nunca cuestiona la jerarquía ni el lugar que ocupa en la manada.
Una de las primeras reglas que se deben seguir cuando se adquiere un cachorro de boyero de Flandes es iniciar su sociabilización tan pronto como sea posible, exponiéndolo a diferentes situaciones y a la convivencia con personas, niños y otros animales, para así evitar el desarrollo de algunos problemas de sobreprotección tales como el nerviosismo, el recelo y un comportamiento agresivo hacia los extraños.
No conviene dejar su entrenamiento básico para muy tarde, ya que del aprendizaje temprano depende que el perro acabe siendo un animal integrado y manejable o, por el contrario, un ejemplar problemático debido a su carácter. También determina, por ejemplo, cuál será su comportamiento con las demás personas y, en especial, con otros animales.
Otra de las particularidades de esta raza es su lento desarrollo físico y mental. El perro alcanza su tamaño adulto, que es fuerte y grande, pronto, pero no llega a adquirir su envergadura final hasta los 3 años, edad a la que alcanza también la madurez psicológica.
Salud del Boyero de Flandes
La salud del boyero de Flandes es tan fuerte como su físico y su temperamento. Es un perro seleccionado para trabajar en duras condiciones y, por tanto, rara vez se pone enfermo o padece graves enfermedades, y una de sus características es su gran resistencia al dolor.
Pese a su gran tamaño, su esperanza de vida oscila entre los 10 y 12 años. Además, es un atleta canino, trabajador profesional que necesita tener un físico en condiciones perfectas para rendir a satisfacción. Las razas deportivas, en especial cuando se trata de perros de guarda y defensa grandes y fuertes como éste, deben estar en manos de propietarios responsables, pues ellos son los que saben sacarles todo el partido que merecen y, de este modo, contribuyen a hacer crecer su fama y prestigio.
Eso es lo que ha ocurrido con el boyero de Flandes, un perro grande, rustico, valeroso y extremadamente fiel que ha conseguido convertirse en una raza muy popular en todo mundo.
Alimentación
En cuanto a su alimentación, es una raza que demanda una gran cantidad de comida por su tamaño y gasto de energía. No es desaconsejable repartir la dosis diaria en dos tomas. Se debe evitar que el can engorde, ya que un animal preparado para realizar un gran gasto de energía. Si no realiza el suficiente ejercicio o se le sobre alimenta, puede engordar y acarrear futuros problemas de salud.
Cuidados e higiene de la raza Boyero de Flandes
El arreglo típico de la raza boyero de Flandes se centra en su pelaje. Ya que tiene el pelo largo y muy denso, lo que significa que debe mantenerse limpio y bien arreglado para asegurar la salud y el bienestar del animal, así como la tranquilidad de su propietario. El arreglo y mantenimiento básico no se hace, pues, sólo con fines estéticos sino como parte de la rutina de salud e higiene de la raza.
¿Cómo es el arreglo de raza Boyero de Flandes?
Las cualidades específicas del manto de esta raza reducen al mínimo los problemas que ocasionan la muda y la perdida de pelo, ya que el pelo superficial o de cobertura actúa como escudo que recoge el subpelo que se va desprendiendo, evitando que caiga al suelo o se deposite en la ropa o los muebles. Y este pelo muerto se recoge fácilmente con un cepillado semanal en profundidad para evitar la formación de nudos.
Este cepillado puede llevar cerca de una hora a la semana pero si se comienza a hacer desde una edad temprana llega a convertirse en una actividad placentera tanto para el perro como para el propietario. Además, el tiempo que se emplea en esta rutina de cepillado e higiene puede ser muy valioso si se aprovecha para enfatizar determinados aspectos en la educación del perro, acostumbrándolo a la manipulación, a quedarse sentado o a permanecer tranquilo sobre la mesa de arreglo
Cepillado de la cabeza
Primero, con la ayuda de un peine de púas anchas, se trabaja el pelo largo de la cabeza (mejillas, barba y cejas) dándole la forma característica de la raza. El pelo se debe trabajar de dentro hacia fuera, abriéndolo desde la raíz y deshaciendo cualquier enredo o nudo
Arreglo de la cabeza
El pelo del cráneo, la cara y la parte posterior de las orejas se arregla usando una cuchilla de corte con la numeración adecuada. Con la ayuda del dedo pulgar se va cogiendo pelo y se pasa la cuchilla de manera que éste se vaya cortando y arrancando y deje la zona a la longitud deseada, entre 1 y 1,5 cm, tratando que el resultado sea lo más uniforme posible.
Para retocar los pelos sobresalientes de los bordes de las orejas se usan unas tijeras planas, las mismas que se utilizan después para dar forma a las cejas y la barba, lo que acaba de completar la figura perfectamente cincelada de la cabeza.
Cepillado del cuerpo
El cuerpo se trabaja primero con un rastrillo para deshacer los posibles nudos del denso subpelo, ahuecándolo y dándole forma al manto, y se termina utilizando una carda de púas metálicas para homogeneizar el resultado final del cepillado, enfatizando la silueta de la raza
Corte del pelo del cuerpo
Cuando la longitud del pelo supera los 5 o 6 cm, éste se debe recortar. Para ello, hay que utilizar unas tijeras de entresacar, y luego pasar a unas tijeras planas, con las que se da el toque final.
Arreglo de las patas
En las patas se repite la rutina corporal, ahuecando el pelo con una carda metálica y dándole forma con las tijeras, primero con las de entresacar y luego afinando el acabado con las planas. Gracias a la textura de su pelo es posible darles una forma de tubo característica que hace que resulten muy atractivas.
Baño
Dada la rusticidad del manto y la necesidad de mantenerlo con la textura adecuada, sólo se debe bañar cuando sea estrictamente necesario. Bien arreglado y con un buen cepillado semanal puede aguamar muy bien de tres a cuatro meses sin necesidad de otro arreglo intenso.
Ver el origen de la raza Boyero de Flandes
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