El origen de la raza cavalier king Charles spaniel se remonta a los siglos XV y XVI. Sus ancestros eran los perros favoritos de la nobleza europea de los que surgieron dos variantes. Uno con hocico corto y otro largo, que fue desapareciendo. En 1920 Roswell Eldridge rescató la olvidada raza de morro largo. En 1940 obtuvo el reconocimiento de esta raza bajo el nombre de Cavalier king Charles spaniel.
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Origen de la raza Cavalier King Charles Spaniel
En la pintura de los siglos XV y XVI son constantes las representaciones de perros tipo spaniel de tamaño pequeño. Y de color, fundamentalmente, blanco y naranja. Por lo que se desprende de estas obras, en esa época a las personas más acomodadas les gustaba tener, además de sus perros de caza, de guarda o de pastoreo, otros canes más pequeños destinados sobre todo a hacer compañía a la familia.
Así, es habitual encontrar representaciones de niños jugando con sus perros. O de damas acompañadas de estos pequeños spaniels que, además de hacerles compañía, en muchas ocasiones les servían de «calentadores», acomodados sobre el regazo de sus dueñas.
Parece probado que había perros de este tipo en todas las clases sociales. Pero fue en la alta sociedad donde alcanzaron una mayor cota de popularidad. De hecho, la relación que el rey Carlos II mantuvo con esta raza fue tan grande que llegó incluso a darles nombre. El amor que este monarca sentía por ellos, era tal, que dictó un decreto mediante el cual se autorizaba su presencia en cualquier lugar público.
Si se extraviaba alguno de sus ejemplares no dudaba en poner un anuncio describiendo las características del mismo y pidiendo la ayuda para encontrarlo. Incluido a los propios ladrones, en el caso de que el animal hubiera sido robado. Este rey se convirtió también en un criador obsesivo de la raza. Hasta el punto de que algunos escritores de la época lo criticaban por ello. Decían que dedicaba más tiempo a sus cachorros que a los propios asuntos de Estado.
A su muerte, el rey Carlos II se hizo acompañar junto a su lecho por una docena de sus perros. Y, por fortuna, la suerte de éstos no declinó al morir Carlos, pues su hermano, Jaime II, era casi tan aficionado como él a estos perros. No obstante, el rey Jaime tenía un orden de prioridades un tanto más lógico. Es famosa la anécdota del día en que su barco se hundía, alcanzado por el enemigo, y al bajar a un bote dio la orden de salvar a sus perros para, segundos después, añadir también el nombre del coronel Churchill, que lo había acompañado.
La familia Churchill fue precisamente otro de los pilares importantes en el desarrollo de los spaniels ingleses de compañía. Por ejemplo, esta familia ostenta desde el siglo XV el título de duques de Marlborough y, por esta razón, el cavalier king Charles spaniel fue conocido durante un tiempo como Marlborough spaniel.
Asimismo, la casa familiar de los Churchill, el palacio de Blenheim, también dio nombre a una variedad de color de este perro, el blenheim, blanco con manchas de color castaño. Es más, uno de los signos característicos de esta raza es el llamado «Blenheim spot» o marca blenheim, una marca que, según cuenta la leyenda, lucen algunos ejemplares y cuyo origen es muy curioso.
Se dice que fue por los nervios que pasó la duquesa de Marlborough esperando noticias de su marido en la batalla. Estaba la duquesa alimentando a una perra de esta raza, que estaba preñada, cuando, fruto de los nervios, apretó al animal contra su pecho. Cuando le dijeron que su marido estaba bien, la perrita se puso de parto y todos los cachorros nacieron con una peculiar marca.
Aún hoy esta marca, sigue apareciendo en las camadas de cavaliers king Charles spaniels blenheim. También la reina Victoria, tal vez la monarca más aficionada a los perros de toda la historia, fue una gran amante de los spaniels de compañía. Ésta no dudaba en bañarlos personalmente, acicalarlos, acompañarlos y atenderlos en sus partos, etc.
Historia de la raza Cavalier King Charles Spaniel
En el año 1920 el cinófilo estadounidense Roswell Eldridge ofreció un premio en metálico por todos aquellos king Charles spaniels que fueran presentados en la exposición de Crufts y que tuviesen el hocico largo.
Su propósito era encontrar ejemplares que se pareciesen a los que el pintor Van Dyck había retratado en sus cuadros acompañando al rey Carlos II, monarca que da nombro a la raza. Aquellos spaniels pintados por Van Dyck no tenían la cara tan chata como los king Charles spaniels de principios del siglo XX. Probablemente porque aún no habían recibido la influencia de otras razas con el hocico corto como el Carlino.
Este tipo de perro con el morro más largo es el que Eldridge deseaba conseguir. Línea que perpetuó y perfeccionó a través de un cuidado proceso de selección. Fue recreando el tipo original hasta que a principios de la década de 1940 obtuvo el reconocimiento oficial como raza singular y diferenciada del king Charles spaniel. Para lo cual, al nombre de éste se le añadió al inicio la palabra «cavalier».
A lo largo de los años han sido muchos los reyes, reinas, príncipes, aristócratas y políticos de distinto rango que han encontrado en este pequeño perro su animal de compañía perfecto. Presidentes de Estados Unidos de América como Ronald Reagan o primeros ministros británicos como Margaret Thatcher también han sido retratados en muchas ocasiones con sus mascotas cavaliers. Esto ha dado aún más notoriedad a una raza que ocupa ya los primeros puestos de popularidad en casi todo el mundo.
Origen e historia de la raza Cavalier King (resumen)
Gracias a las representaciones pictóricas se sabe que en las casas nobles europeas de los siglos XV y XVI habitaban unos pequeños spaniels de color blanco y naranja. Además de ayudar en la caza, se empleaban como animal de compañía.
Por lo que parece, éstos fueron los perros originarios de los cuales descienden dos razas actuales muy parecidas entre sí, no sólo físicamente, sino también por el nombre: el king Charles spaniel y el cavalier king Charles spaniel.
Ambas variedades fueron muy apreciadas y queridas por el rey Carlos II, monarca del cual recibieron su nombre. Mientras el primero fue cruzado con carlinos, de modo que su hocico se acortó drásticamente, el segundo mantuvo el morro con su largo natural. Y fue recuperado como raza independiente en el siglo XX gracias a la labor del cinófilo estadounidense Roswell Eldridge. En la actualidad, el cavalier king Charles spaniel ha superado en popularidad al king Charles spaniel.
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