La sarna en los gatos, es una enfermedad de la piel que suelen padecer, especialmente en la zona de las orejas. En general, esta dolencia se genera por el llamado ácaro de la sarna de la cabeza. No obstante, hay diversos tipos de sarna según el ácaro y la zona que está infectada. En CurioSfera-Animales.com, te explicamos cómo saber si tu gato tiene sarna.
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Qué es la sarna en los gatos
La sarna de los gatos es una dolencia de la piel producida por una clase de ácaro. Por norma general, los ácaros de la sarna no se pueden detectar a primera vista ya que son microscópicos, por este motivo es fundamental que te fijes bien en cómo se comporta tu felino. Los ácaros habitan en la piel de tu mascota, en concreto en la dermis, pero sin embargo, nunca pasan al interior de su organismo. Los ácaros de la sarna que afectan más a los gatos son los siguientes:
- El más habitual de todos ellos es el Notoedres Cat y afecta únicamente a los gatos. Este ácaro empieza por hospedarse en la cabeza y orejas de tu mascota y, poco a poco, se desliza hasta su cuello y el resto su cuerpo. Las hembras de esta clase de parásitos excavan túneles en la piel de tu mascota, allí habitan y ponen los huevos, asimismo se alimentan de líquidos tisulares y la linfa y producen rojeces en la piel del animal y pérdida de pelaje.
- Otodectes Cynotis, este tipo de parásitos es también mucho más habitual en los gatos que en los perros. Estos ácaros se hospedan en el canal auditivo externo y causan otitis externa en los mininos. Del mismo modo que el anterior, se alimentan de queratina y no cavan túneles. Producen la descamación de la piel, la aparición de eccemas, secreción de color oscuro y costras.
- Cheyletiella Spp, también puede infectar a los perros, aunque lo más habitual es que perjudique a los gatos. Este tipo de ácaros no cavan túneles sino que habitan en la superficie y se alimentan de la queratina. Estos ácaros suelen confundirse con la caspa, ya que estos parásitos, cuando se mueven, hacen que la piel se descame.
Cómo se contagia la sarna felina
La sarna siempre se contagia por contacto. Como son parásitos que únicamente habitan en la piel de los animales, no pueden sobrevivir más de dos semanas fuera de ella y, por lo tanto, tan solo pueden pasar de uno a otro.
No obstante, no hace falta que exista un contacto físico entre los gatos, es suficiente con que se rocen, estén cerca, hayan compartido algún objeto, como puede ser una manta o el comedero, o hayan estado en la misma estancia. Habitualmente no hay peligro de contagio a los humanos, pero el Cheyletiella Spp es posible que se traspase a la piel humana, lo cual temporalmente produciría una infección que provocaría enrojecimiento y picor.
Síntomas de la sarna en los gatos
Cada clase de ácaro de la sarna provoca unos síntomas u otros en los mininos, pero los más habituales son los siguientes:
- Piel enrojecida.
- Inflamación local.
- Caída del pelo.
- Descamación de la piel y eccemas.
- Secreción oscura en el oído.
- Aparición de costras, sobre todo en la zona de las orejas.
- Mucho picor que desencadena en un brusco rascado y no dejar de lamerse las zonas afectadas.
- En casos graves, perforación del tímpano, sangrado por el oído y hemorragias.
Por lo general, es complicado detectar esta enfermedad en su fase inicial. Los síntomas empiezan a aparecer dos o tres semanas después de haberse producido la infección, que es cuando los ácaros se han desarrollado completamente. Por este motivo, es esencial que te fijes en si tu amigo peludo se lame o se rasca más de lo habitual o si se le cae más pelo de lo normal. Si es así, tendrás que llevar a tu felino al especialista para que le trate lo antes posible.
Tratamiento de la sarna gatuna
Cuando ya se ha diagnosticado la dolencia, el veterinario iniciará un tratamiento para curarla. Según la clase de sarna que sea y del estado en que esté tu mascota, recetará unos antiparasitarios u otros.
Los tratamientos para la sarna felina van desde aplicar pipetas en ciertos lugares del cuerpo de tu minino y gotas para los oídos y también champús específicos para esta dolencia. También se suelen recetar medicamentos por vía oral como las pastillas antiparasitarias o píldoras e inyecciones para combatir la sarna.
Si son los cachorros de gato lo que padecen sarna, no se les acostumbra a poner vacunas, sino que el tratamiento se basa en frecuentes baños con jabones antiparasitarios especiales, gotas o pipetas y vaselina para las zonas que estén escamadas.
Importante: Este artículo es meramente informativo. Siempre recomendamos que en primer lugar acudas a un veterinario de confianza con tu mascota.
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