Tener una o varias mascotas felinas es un placer, pero conlleva responsabilidades. Los cuidados básicos que los gatos necesitan son fundamentales para garantizar una vida plena de salud, alegría y bienestar de tu mascota. En CurioSfera-Animales.com, te explicamos los principales cuidados de un gato.
Elección de un veterinario para tu gato
Si ya eres propietario de un gato o piensas en tener uno, necesitas un veterinario cerca. Si tienes una mascota felina por primera vez o te has trasladado recientemente, lo primero que debes hacer es contactar con un veterinario o una clínica veterinaria. A veces el refugio, criador o el vendedor de tu animal de compañía podrá sugerirte un determinado veterinario que ellos ya conozcan.
Puedes también escoger un veterinario que viva cerca de tu casa, o es posible que algún amigo o familiar te recomiende uno. Sea cual sea el modo de seleccionarlo, tendrás que hacerlo lo antes posible. Si te sientes satisfecho con tu veterinario habitual, te conviene seguir con él durante toda la vida de tu gato, tal como harías con tu médico de cabecera.
Esto es conveniente para ti y para tu mascota, porque el veterinario llegará a conocer a fondo el historial médico personal de tu gato y porque podrás confiar en él en todo lo referente a la salud de su animal de compañía. No trates de desempeñar el papel de tu veterinario. Sus conocimientos generales de los síntomas pueden ser de gran ayuda para tu veterinario cuando esté tratando a tu gato y pueden ser vitales en una situación de emergencia, pero no es suficiente para permitirte reemplazar los cuidados de un veterinario con experiencia.
Conviene que sepas tanto como sea posible acerca de los cuidados de los gatos, pero comprueba que aprendes de fuentes fiables y precisas. Un tratamiento incorrecto puede, en muchos casos, ser tan perjudicial como el trastorno que se trata de curar.
Saber qué hacer en caso de shock, envenenamiento, atropello o algo similar te permitirá proporcionar a tu gatito los cuidados necesarios mientras acudes al veterinario; en muchos casos, estos conocimientos pueden constituir la diferencia entre la supervivencia y la muerte de su mascota.
Pero, recuerda siempre que estás complementando y no reemplazando los cuidados del veterinario. Aprende todo lo que puedes acerca de los cuidados diarios de tu animal y de lo necesario para mantenerlo sano. Si tu gato llegara a enfermar, tu conocimiento de los síntomas a medida que se desarrollan será de gran ayuda al veterinario cuando recete el tratamiento adecuado.
Archivo de documentación: Cartilla de tu gato
Sea cuál sea la raza de gato que tengas o si es mezcla o criollo, deberías llevar un archivo de tu gato, en el que tendrás los documentos de registro o inscripción, fechas y resultados de vacunaciones, tratamientos con vermífugos y análisis, fechas de las inyecciones de recuerdo y cualquier otra información médica o relacionada con la crianza y reproducción.
Este sistema te permitirá hallar fácilmente cualquier información cuando la necesites y recordar cuándo hay que acudir al veterinario para las vacunaciones periódicas y otros tratamientos regulares. Aunque no sea un pensamiento agradable, si llegaras a fallecer, la persona o personas que se hagan cargo de tus gatos sabrán proporcionarles los cuidados y tratamientos adecuados. En la ficha de cada gato puedes indicar sus preferencias alimenticias, sus alergias y otras informaciones útiles que normalmente tendrías en tu memoria.
Por razones obvias, se recomienda tener siempre actualizado el registro de las vacunaciones. Todos tenemos muchas cosas en las que pensar; es menos fácil olvidar o ignorar algo si lo escribimos.
Alimentación de un gato
Los gatos deben recibir una dieta bien equilibrada abundante en proteínas. Muchos de los alimentos para gatos preparados comercialmente son completos en sí mismos. La base puede ser pescado, caza, carne de vacuno o carnes procedentes de órganos, y se agregan vitaminas y suplementos minerales.
Sin embargo, no todos los alimentos enlatados o envasados para gatos son completos, y tendrás que leer la etiqueta para saber si lo son o no. Las normas gubernamentales que controlan la industria productora de alimentos para animales de compañía son estrictas, y sólo los productos que satisfacen todas las necesidades nutricionales del gato pueden decirlo en el envase.
Verás que tu gato disfruta con una dieta variada. Idealmente, habría que darle piensos secos o gránulos y alimentos enlatado. La mayoría de los alimentos enlatados son completos y hay que dárselos al animal una vez por día. Los piensos secos suelen ser un producto favorito de la dieta de los felinos y ayudan a mantener los dientes del gato libres de sarro.
Aunque no es aconsejable, muchos propietarios también dan restos de su comida a su gato. Si no puedes resistir la tentación de dar algo de comida de humanos a tu mascota, ten mucho cuidado de no darle huesos de pollo o espinas de pescado, que se astillan fácilmente y que pueden clavarse en el esófago del animal.
Algunos de los alimentos para seres humanos favoritos de los gatos son la yema de huevo, la ensalada de huevos, el queso fresco, la leche, el queso, el hígado, los riñones, la carne de pollo, la carne de vacuno molida y cruda y los copos de cereales (sin azúcar) muy crujientes.
Tal vez, observes que a tu gato le encanta la leche, pero que le produce diarrea. No es aconsejable dar leche a los gatos, tan solo la leche para cachorros de gatos que puedes adquirir en tu veterinario, centros especializados o por internet.
No debes permitirse que el alimento fresco permanezca a temperatura ambiente el tiempo suficiente como para que en él se desarrollen bacterias como la salmonela. Nunca dejes comida húmeda para tus gatos cuando salgas de viaje. En ese caso, sólo debes darle piensos secos. Las moscas podrían poner huevos en la comida húmeda y al cabo de algunos días los huevos se transformarían en larvas.
Ocasionalmente, tu gato pasará por períodos de inapetencia. Generalmente, esto no es un motivo de preocupación y al cabo de uno o dos días el animal volverá a alimentarse normalmente. Es posible que tu gato se haya comido una mosca, una cucaracha o algo parecido y se haya enfermado con el insecticida que puede haber habido sobre o dentro del bicho.
Otra posibilidad es que tu animalito se haya cansado de ciertos alimentos. Cambia un poco su dieta; prueba a darle otras marcas o variedades. Anota las cosas que a tu gato le gustan y las que no le gustan. Algunos gatos comen comida para perros, pero ciertas variedades pueden tener trozos demasiado grandes para que la mayoría de los gatos la puedan ingerir.
Si a tu gato le gusta la comida para perros, dásela de vez en cuando, como una golosina. Recuerda que las necesidades dietéticas de un gato son diferentes de las de un perro, y que lo que es un alimento completo para perros no lo es necesariamente para un gato. Es muy frecuente que durante los días calurosos de verano los gatos coman menos de lo usual. Éste es un comportamiento felino completamente normal, que es de prever.
La comida ha de darse a intervalos regulares. Si alimentas a tu gato dos veces por día, convendrá darle su alimento por la mañana y por la noche, de modo que coincida con tus propias comidas. Puedes dejarle pienso seco como golosina. Siempre tiene que haber agua disponible, y ésta ha de cambiarse frecuentemente.
Algunas personas proporcionan a sus gatos un comedero comunitario; otras piensan que cada animal debería tener su propio comedero. Algunos gatos engullen aprisa su comida, otros son remilgados para comer, y otros comen lenta pero decididamente. Un comedero individual permite que cada gato coma a su propio ritmo, cómodamente.
Los gatos comen hasta quedar satisfechos, aunque esto signifique dejar comida en el comedero. Los nuevos propietarios de gatos que antes tuvieron perros suelen sorprenderse por este comportamiento, porque los perros comen hasta que no quede comida en el comedero.
Aunque es posible que veas que los gatos intercambian sus comederos durante la comida, cada uno comerá la cantidad adecuada si se les ha proporcionado comida suficiente. Las opiniones difieren en cuanto a la cantidad de alimento que es necesario proporcionar a un gato. Cuando tu gato haya alcanzado su tamaño de adulto, dale alimento suficiente para que mantenga su peso, estado y apetito. Si tu animal aumenta de peso, reduce la cantidad de comida.
Antes de que tu gato haya alcanzado su tamaño de adulto, permítele comer todo lo que quiera, para que su esqueleto y sus músculos puedan desarrollarse adecuadamente. Si es evidente que tu gato joven come mucho más de lo que sería normal para su tamaño, es probable que tenga parásitos intestinales (lombrices) y habrá que llevar una muestra fecal al veterinario para su análisis.
Algunas personas salan la comida de sus gatos durante el verano para estimularlos a que beban más agua. Los gatos beben cuando tienen sed, y no es descabellado suponer que beben más cuando tienen calor. Parece superfluo salar su comida. Es posible proporcionar líquido adicional en la dieta dándoles batidos de huevo, caldo de pollo o carne de vacuno. A la mayoría de los gatos les gustan estos alimentos y los aceptarán encantados si se les ofrecen.
Lo más importante que hay que recordar en relación con la dieta del gato es que ésta ha de consistir en alimentos completos, equilibrados, y proporcionados regularmente. Si tu gato no puede digerir algo que le has dado, probablemente lo vomitará de inmediato. Así te darás cuenta de las cosas que no debes darle.
Cada gato es un individuo, y si bien algunos alimentos como el pollo, el hígado y los camarones les gustan a casi todos los gatos, es posible que el tuyo rechace algunos de ellos. Conoce qué le gusta a tu gato y varía su dieta con esos alimentos; seguro que los encontrarás entre las muchas variedades completas y equilibradas disponibles en el mercado.
Cuidados externos de un gato
Los gatos requieres ciertos cuidados que se pueden denominar de “mantenimiento”. Es decir, que se han de realizar periódicamente para garantizar una salud adecuada de tu mascota felina. Vamos a ver los más importantes:
Cepillado del gato
Tienes que acostumbrar al gato al uso de un cepillo o de cualquier utensilio que quieras emplear para el cuidado de su manto mientras es joven. Los gatitos no necesitan demasiados cuidados externos, pero si se los acostumbra a esta rutina mientras son aún pequeños, no se resistirán cuando sean mayores.
El cepillado del pelaje de un gato ha de hacerse regularmente y debería constituir una experiencia agradable tanto para el gato como para ti. Los cuidados periódicos del manto mantienen el pelaje libre de garrapatas y pulgas, evita que el pelaje se enrede y apelmace y ayuda a remover la caspa que se desarrolla a medida que el gato renueva la piel bajo el manto.
Dos veces al año, al prepararse para el invierno o para el verano, el gato mudará o espesará su pelaje. Esto se nota menos en los gatos que viven dentro de casas que en los que viven a la intemperie, pero no por ello deja de producirse. El cepillado remueve el exceso de pelaje y en esas épocas habrá de hacerse diariamente; así se evita también la formación de bolas de pelo en el estómago del gato, causadas por la ingestión de pelo cuando el gato se acicala a sí mismo.
Cortar las uñas del gato
Hay que recortar las uñas delanteras cuando ello sea necesario. Hay varios tipos de cortauñas adecuados; asegúrate de que tienes uno adecuado para gatos y no para perros. La fina línea roja dentro de la uña (el “nervio”) señala el comienzo de un vaso sanguíneo. No lo cortes, porque sería muy doloroso para el gato.
Si no sabes cortar las uñas al gato, o si temes hacerle daño, corta solamente el extremo de la uña, donde ésta es más aguzada. Cuando lleves el gato al veterinario para que le ponga las primeras inyecciones o para un control, pídele que te enseñe a cortarle las uñas. Rara vez es necesario cortar las uñas de las patas posteriores, excepto antes de una exhibición.
Limpieza de la orejas del gato
Ocasionalmente hay que limpiar las orejas con algodón y aceite mineral. La acumulación de materia marrón en las orejas indica la presencia de ácaros que tienen que ser eliminados. Tu veterinario hará el primer tratamiento y le enseñará a realizar los subsiguientes cuidados preventivos. No introduzcas medicinas ni objetos dentro del canal auditivo. Las orejas de los gatos son muy sensibles, y puedes causar una lesión permanente si intenta hacer algo en este sentido.
Limpiar los ojos del gato
Los ojos de los gatos no suelen requerir cuidados especiales, a menos que estén enfermos. La materia que aparece diariamente en las comisuras suele limpiarla el mismo gato, cuando se ha secado. Si tu gato es perezoso para asearse los ojos, puedes limpiarlos con un trozo de papel higiénico.
Bañar al gato
La mejor regla con respecto a los baños es la siguiente: si el gato necesita un baño, báñalo. Tienes mucha más información en cómo bañar a los gatos. Pero debes tener en cuenta que el champú para los seres humanos es demasiado fuerte para los gatos (debes emplear uno de los champús para gatos que puede encontrar en su tienda de animales o por internet).
Lava a tu gato con agua tibia. Enjuaga muy bien para eliminar todo el jabón, evitando de este modo que la piel se reseque por la eliminación de los aceites naturales, y después sécalo bien para evitar que coja un resfriado.
Cómo administrar medicamentos a un gato
Los gatos no suelen beber o comer alimentos a los que se ha agregado algún medicamento, por lo que es necesario que sepas cómo dar una pastilla, píldora o unas gotas a tu gato. La manera más simple de darles un medicamento líquido consiste en usar un cuentagotas de plástico (se recomienda no usar un cuentagotas de vidrio, que podría romperse si el gato lo mordiera).
Pon el cuentagotas en una comisura de la boca y aprieta el bulbo suavemente de modo que el gato reciba una pequeña cantidad de medicamento que pueda engullir sin atragantarse. Repite la operación tantas veces como sea necesario hasta que el animal haya ingerido la cantidad especificada. Es posible que puedas darle el medicamento con una cucharilla de té, pero muchos gatos se resistirán a esto.
Hay varias maneras de dar píldoras a un gato; pero el más efectivo es sujetando bien al gato contra tu cuerpo y cógele la cabeza desde arriba. Con cuatro dedos a un lado de su cabeza y el pulgar al otro lado, ábrele el hocico e inclínale la cabeza hacia atrás.
Con tu mano libre lanza la píldora dentro del hocico, tan adentro como te sea posible. Ciérrale el hocico (esto lo obligará a tragar). Unas caricias, algunas palabras cariñosas y una golosina ayudarán al gato a recobrar su dignidad.
Es posible que te resulte más fácil darle una píldora recubierta con mantequilla o aceite de pescado o algo parecido; esto es especialmente útil cuando hay que dar al gato una cápsula de gran tamaño. Recuerda que cuanto más suave pero eficiente seas, tanto más tolerable será la situación para ti y para el gato.
Cómo tomar la temperatura del gato
Para comprobar la temperatura de un gato o saber si tiene fiebre, lubrica el extremo de un termómetro rectal con vaselina. Coge la cola del gato cerca de la base y levántala suavemente para exponer el ano. Con tu mano libre inserta suavemente el termómetro, unos 3 a 5 cm. Sujeta al gato y déjalo con el termómetro puesto durante unos tres minutos, para obtener una lectura precisa.
Puedes que te parezcan los tres minutos más largos que habrás pasado con tu gato, especialmente si es la primera vez que lo haces. Permanece tranquilo y consuela al gato durante todo el tiempo, porque el animal no disfruta con esta operación. Ten cuidado de no tocar el extremo del termómetro al retirarlo, porque podría alterarse la lectura.
La temperatura normal de un gato es de unos 38,3 °C; una temperatura diferente indica una enfermedad. Análogamente a lo que tienes que hacer cuando le des una píldora, ayuda al gato a recobrar su dignidad cuando hayas terminado.
Ver cómo saber si un gato tiene fiebre
Cómo cuidar a un gato viejo
Los gatos envejecen al igual que nosotros. Se calman, juegan menos que cuando jóvenes, duermen más tiempo, tal vez se ponen más caprichosos para comer y ocasionalmente pueden tener “accidentes” con sus vejigas. Al igual que sucede con los seres humanos, la duración de la vida de los felinos es variable, y algunos gatos envejecen más rápidamente que otros.
Es muy difícil establecer con precisión cuál es la duración normal de la vida de un gato, pero puede afirmarse que es de ocho a quince años. Las posibilidades de una larga vida aumentan con los cuidados y la nutrición adecuados, y no es raro que algunos gatos lleguen a vivir hasta los dieciocho o los veinte años (especialmente si han pasado la vida dentro de casa y no se les ha permitido vagar libremente).
Los éxitos en las investigaciones sobre nutrición y sobre el tratamiento de las enfermedades han ayudado enormemente a aumentar la longevidad de los gatos actuales. La negligencia, las enfermedades graves, la alimentación insuficiente y el alojamiento deficiente son algunos de los factores que reducen la longevidad de nuestros gatos.
No hay razón, con la excepción de las enfermedades graves o de los accidentes, para que los gatos no puedan vivir unas vidas largas y felices. A medida que nuestros gatos envejecen pueden comenzar a tener problemas con el reumatismo, la artritis, las enfermedades cardíacas, la prostatitis o las infecciones renales, pero la medicina moderna ha hecho posible reducir los efectos debilitadores de estas enfermedades.
Los gatos sordos, ciegos o parcialmente ciegos pueden requerir cuidados algo más especiales cuando envejecen, pero los cuidados adecuados y la consideración afectuosa de las necesidades de cualquier gato viejo (especialmente en lo referente al descanso, la reducción de los períodos dedicados al juego) deberían permitirle vivir cómodamente su vida con nosotros.
Ver cómo cuidar a un gato mayor
Tatuaje identificativo en los gatos
Tatuar a los gatos con el fin de identificarlos es una costumbre relativamente reciente. Generalmente el tatuaje se hace (con agujas y tintas) en la parte interior de una oreja o en la zona de la ingle. Actualmente ninguna organización de registro de felinos penaliza en las exhibiciones a los gatos tatuados, aunque una de ellas, la CFA (Cat Fanciers Association), exige que el tatuaje no tenga más de 7 dígitos, no supere los 12,5 mm de altura, y que esté situado solamente en el interior del flanco izquierdo.
Así, sólo en las competiciones y exhibiciones de la CFA se descalifica a los gatos con tatuajes en las orejas. Naturalmente, si tu gato va a ser un simple animal de compañía o un reproductor, el lugar en que haya sido tatuado no tiene importancia. No todos los veterinarios hacen tatuajes, de modo que es posible que tengas que hacer averiguaciones antes de encontrar uno que sí los haga. Conviene tatuar al gato cuando es aún joven.
Probablemente tengas que llevar tu gatito al consultorio del veterinario temprano por la mañana, y dejarlo allí todo el día. El riesgo de infección a consecuencia del tatuaje es mínimo si el gato es tatuado correctamente por un veterinario experimentado. La identificación por tatuaje es permanente, dura toda la vida de tu gato y permite identificar positivamente a tu gato si llegara a perderse o si fuera robado.
En muchos casos un criador venderá un gatito con una cláusula en el contrato de compraventa que exija que en cierto momento sea castrado. Si el gato está tatuado, es fácil verificar con el veterinario si la castración se llevó a cabo en ese determinado animal. Los criadores también utilizan los tatuajes para identificar a miembros de diferentes camadas. A medida que los gatos adquieren popularidad y aumentan de precio, es probable que el tatuaje se vaya difundiendo cada vez más.
Importante: Este artículo es meramente informativo. Siempre recomendamos que en primer lugar acudas a un veterinario de confianza con tu mascota.
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